Son los más odiados y los más envidiados de la plantilla.
Despiertan admiración, pero también más de una malidicencia. No en vano han saboreado algo que jugadores del talento y carisma de Johan Cruyff, Zico, Di Stefano, Kubala o Platini, por poner un ejemplo, se quedaron sin probar.
Son, nada más y nada menos, que campeones de un Mundial. El último campeón en unirse a la familia blaugrana ha sido el francés Thierry Henry.
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