la moneda está en el aire

Abstención, la constante en el voto en el extranjero

México y Ecuador probarán la experiencia tratando de vencer la alta abstención que ha permeado los procesos de otros países latinoamericanos.

Con los recientes acuerdos firmados por los actores políticos Ecuador y México se preparan para que sus ciudadanos con residencia en el extranjero emitan su voto. Sueño largamente acariciado por quienes dejan atrás la patria en busca de mejores oportunidades de vida y que, a la distancia, parece sugerir el reconocimiento de los migrantes, quienes a través de las remesas familiares inyectan constantemente de dinero fresco a las economías locales.
Pero las experiencias similares ya vividas por Argentina, Brasil, Perú, República Dominicana Honduras y Colombia ponen en entredicho las buenas intensiones de las iniciativas, pues el fantasma del abstencionismo se cierne sobre ellas.
Las recientes elecciones en Rep. Dominicana, extendidas más allá de las fronteras del país caribeño, arrojaron una participación de poco más de 20 mil dominicanos en la ciudad de Nueva York, ciudad multi étnica por definición y que agrupa en su interior al menos 1.2 millones de ciudadanos de ese país, es decir una participación no mayor al 2% del padrón.

En México el costo millonario de las elecciones a realizarse en julio de 2006 a provocado que la tinta corra, el debate por el excesivo costo de la democracia ha sido apuntalado por el gasto que implicará el voto en el extranjero y por la baja participación que se espera. Para poder ejercer su derecho, un derecho por mucho tiempo negado, los migrantes deberán acudir al consulado a partir de octubre e inscribirse en un padrón con credencial de elector en mano para tener derecho a participar en la elección presidencial.

La experiencia colombiana, siempre tomando como referencia Nueva York, habla de procesos no concluidos. Los inscritos no siempre acuden el día de la elección ha emitir su voto. La solución "tica" fue mantener a los inscritos desde la primera vez e ir aumentando el padro progresivamente. Solución sin duda riesgosa.

Ecuador es el último en sumarse al club de los países latinoamericanos que extienden a sus ciudadanos el derecho a votar en el exterior. Y los problemas para ese país aún están por resolverse, lo mismo que en México. El pasaporte actualizado será el documento necesario para que los ecuatorianos pueden sufragar, una traba más al proceso: obtener uno nuevo puede costar más de 100 dólares.

Por su parte en Perú con una tradición más larga en el voto desde el exterior analizan desde ya la posibilidad de elegir representantes desde el exterior y no solo participar en la elección presidencial. Si todo marcha es muy probable que los peruanos puedan elegir a dos congresistas en EEUU, otros dos en Europa y uno más en el Japón.
La moneda de la democracia desde el exterior está en el aire.