Régulo Carmona por fin puede descansar un poco. En Guatire, estado Miranda, pasa un rato con sus hermanos y sobrinos.
Tras más de cuatro meses en Europa y una semana en Brasil, el gimnasta criollo se tomó tres días para reencontrarse con los suyos en Venezuela y contarles sus anécdotas y experiencias en tierras extranjeras.
Les trajo de regalo su nueva medalla de oro, la conseguida sobre las anillas el pasado martes 17 de julio en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro y, aunque Régulo se siente satisfecho por ser el mejor del continente, reitera que su "única meta este año es el Campeonato Mundial de Stuttgart a realizarse en septiembre".
Mañana partirá nuevamente a Rumania para continuar su preparación de cara al evento en Alemania, única posibilidad que tiene para clasificarse a los próximos Juegos Olímpicos. Si lo logra será una hazaña nunca antes lograda por algún gimnasta criollo en la historia.
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