Cáncer de cuello uterino: Peligro imperceptible

Lo más recomendado es que las mujeres sexualmente activas asistan regularmente a una cita ginecológica y se realicen una citología anual o Papanicolaou.

El cáncer de cuello uterino tiene la particularidad de carecer de síntomas y que generalmente no causa dolor. Es por eso que puede llegar a desarrollarse de forma sigilosa en el cuerpo de la mujer. Sin embargo, es una enfermedad absolutamente previsible y su pronta detección y tratamiento significan su solución y prevención.

Las causas del cáncer en general, se debe a la “pérdida del control del crecimiento celular”. Este desorden “se origina en un área del cuello del útero, que es la parte del órgano reproductor femenino que está expuesta en la vagina: el epitelio, una capa que cubre al cuello uterino y es donde inicialmente se produce la enfermedad”, explica el cirujano oncólogo Renny García, egresado de la Universidad Autónoma de Guadalajara en México.
El galeno asegura que “los síntomas no aparecen hasta que las células cervicales anormales se vuelven cancerosas e invaden el tejido cercano”, como explica el INC (Instituto Nacional de Cáncer), y la más común de estas inaugurales señales es la presencia de “un flujo sangrado tras una relación sexual” explica García.

Debido a su naturaleza asintomática, los especialistas han procurado una lista de “situaciones de riesgo”, que de presentarse, aumentan las posibilidades de desarrollar esta anomalía celular.

La iniciación de la vida sexual a muy temprana edad, el número significativo de parejas o la promiscuidad del compañero, repetidas infecciones vaginales, el padecimiento del Virus de Papiloma Humano (VPH), el tabaquismo y hasta el consumo excesivo de la píldora anticonceptiva pueden ser factores que den pie a la aparición de este tipo de cáncer.

Los tratamientos a aplicar dependen del grado de la lesión. Así pues, existen diversas opciones terapéuticas para prevenir su aparición o contrarrestar los estragos de esta degeneración en el cuello uterino. Métodos como la criocirugía cauterización, cirugía con rayo láser o escisión electroquirúrgica con asa o de conización, son algunos de los más frecuentes para tratar estas lesiones.

Por su parte, el doctor García resalta que la tumorización hay que atacarla dentro de las posibilidades, pero que luego de la cirugía no existe otra opción sino continuar en seguimiento por el resto de su vida, pues un paciente que ha tenido cáncer tiene más posibilidades de desarrollar otro tipo de carcinoma.

Es importante recordar que el gobierno cantonal de Berna ha invertido cantidades importantes de dinero para cubrir los costos de las vacunas en contra del cáncer cervical en adolescentes, que incluyen vacunas en contra del VPH, según reportaje del GenevaLunch.

Por esta razón, las mujeres jóvenes y adolescentes deben tomar conciecia de este asunto tan importante y obtener la vacuna apropiada, debido a que, de acuerdo con el Centro estadounidense para el Control de Enfermedades, al menos la mitad de la población sexualmente activa tendrá el Virus de Papiloma Humano en algún punto de sus vidas.