Los padres deben recordar que cada niño es diferente, sin importar que vivan en la misma casa, con los mismos padres, que vayan a la misma escuela y que tengan las mismas pertenencias; la personalidad es única y se debe evitar caer en el error de querer tratarlos por igual con miras a parecer justo.
Si tienes la dicha de ser padre o madre de más de un niño seguramente has tenido que escuchar quejas, lloriqueos o hasta pataletas porque uno está celoso del tiempo que pasas con el otro, o viceversa. Aunque los celos son sentimientos desagradables, son también totalmente normales pues, en el caso de los hermanos, afloran ante el hecho de tener que compartir las cosas que más les gustan (juguetes, regalos, ropa, padres, etc) con otra persona que siempre está allí.
Lo difícil del asunto para los padres, es saber cómo manejarlos, cómo sacar el mejor provecho de un sentimiento que puede ser halagador pero también enfermizo y dañino en algunos casos. Sin embargo, si tu hijo se ha mostrado celoso, considérate afortunado, pues es mejor reconocer este sentiemiento y trabajar en él, en vez de no saber que el niño se siente de esa forma, con lo cual crecerá con resentimientos e inseguridades que serán más difíciles de revertir en la adultez.
Por esta razón, algunos especialistas recomiendan siempre hablar acerca de la situación cada vez que los celos aparezcan, y no ignorarla con las esperanzas de que eso le reste importancia.
Por otra parte, los padres deben recordar que cada niño es diferente, sin importar que vivan en la misma casa, con los mismos padres, que vayan a la misma escuela y que tengan las mismas pertenencias; la personalidad es única y se debe evitar caer en el error de querer tratarlos por igual con miras a parecer justo. Cada uno tiene sus necesidades particulares, de acuerdo a la edad o carácter, y es justo como padre poder reconocerlas.
El caso típico de celos se presenta en navidades, cuando se abren los regalos y se descubre que hay diferencias de tamaño, color, etc.. y muchas veces para evitar esto, los padres regalan lo mismo para todos, sin tomar en cuenta que cada etapa es diferente y hay que saber distinguirlas.
En los tiempos de crisis es difícil muchas veces ser justo con los regalos y puede parecer que uno de los hermanos queda relegado. Por ejemplo, en un estudiante universitario que necesita una computadora con urgencia, se puede entender que los padres hagan un esfuerzo económico, sin embargo no quiere decir que deban comprarle otra al hermano menor, o algún otro regalo del mismo precio, para evitar los celos. Éste último debe aprender a apreciar y aceptar que cada cosa tiene su momento, sabrá que tiene que quemar sus etapas y que cada una conlleva distintos retos y necesidades, como también privilegios.
De esta forma los menores entenderá que los mayores alcanzarán logros y pertenencias primero que ellos, y por otro lado, los mayores sabrán aceptar también que los tiempos cambian, y que sus hermanos menores muchas veces recibirán objetos y regalos tecnológicos que ellos, cuando tenían la misma edad, nunca obtuvieron porque no existían o bien porque no era costumbre usarlos, por ejemplo los celulares.