Los Muñequitos de Matanzas

Cincuentenario de Los reyes de la rumba cubana: Los Muñequitos de Matanzas

Matanzas es una tierra sagrada, habitada, desde hace siglos por negros africanos esclavos que reprodujeron tambores, ritmos y bailes. El especialista cultural Ned Sublette, dice que Matanzas es una de las ciudades más africanas de América, una tierra muy visitada por investigadores.

De aquel mundo de barracones, bayetes, palenques y cimarrones rebeldes, en la zona del puerto, por las márgenes del Río Yumurí y barrios marginales como La Marina, surgen, en 1952, Los Muñequitos de Matanzas, su nombre inicial fue "Guaguancó Matancero".

El nombre de Muñequitos de Matanzas surge como consecuencia de una de las canciones grabadas que tenían ese titulo, dedicada a contar la vida de las tiras cómicas (comic) o muñequitos, de esa manera se queda para siempre el nombre oficial. Las dos primeras grabaciones fueron Los Muñequitos y Los Beodos.

Los primeros integrantes: Florencio Calle (director y catá), Hortensio Alfonso (Virulilla), Estaban Lantri (Saldiguera), Juan Mesa, Gregorio Díaz (Goyito), Ángel pelladito y Ernesto Torriente. Empezaron tocando guaguancó, sin bailes, amenizando fiestas en barrios arrabaleros sin bailes. Después, en su primera visita al exterior, a Londres, añadieron el bambú y la columbia. El show se extendió a 90 minutos por lo que debieron ampliar el abanico rumbero.

La tropa desembarca con sus hijos de Changó y Ochún, Oggún, Obbatalà Yemamá. Los tambores tam tam suenan la voz de los Orishas. El baile representa a cada uno de los Orishas, con sus canciones, sus ritmos y sus bailes.

Las primeras grabaciones de rumba auténtica pertenecen al grupo Lulú Yonkori, con la pieza El vive bien, con la firma Panart. Posteriormente la disquera Puchito graba el disco no. 298 para las victrolas, con las dos piezas Los Beodos y Los Muñequitos, el segundo tema que tuvo aceptación popular. Comenzaba, en la década de 1950, la rumba típica a introducirse en la televisión y otros medios. Anteriormente lo había hecho en los cabarets, un tipo de rumba parodiada del bufo, edulcorada, sofisticada (rumba blanca). Aunque en los cabaretuchos de la Playa de Marianao se fue difundiendo una rumba, menos refinada que la de los cabarets aristocráticos. Turistas interesados se acercaban en busca de algo más primitivo y natural, hasta Marlon Brando hizo su presencia en 1956.

Un nuevo aire se alcanza en la década de 1990, con el renacimiento del turismo, comenzaron a crearse nuevos espacios para la rumba y nuevas agrupaciones como Yoruba andabo y Clave y Guaguancó. Entonces surge lo que tenía que surgir, la musicóloga Cary Diez, que trabajaba como representante de Los Muñequitos, organiza un disco rumbero con el nombre de "La rumba soy yo", con el productor Joaquín Betancourt. Participan con Los Muñequitos: Los Papines, Clave y Guaguancó, Mayito Rivera, Armáis Delgado, Haila, Tata Guines, Changuito, Chachá, Jesús Alfonso, Eladio Ferry, Israel Berriel. Ahmed Medina, Alejandro Valdés, El Indio Llorente. “Fue una especie de Todos Estrellas de la rumba –asegura Joaquín Betancourt. El concepto era aglutinar una amplia muestra rumbera que sonara en salones legendarios como La Tropical y La Polar. Al inicio se llamó Guaguancó Matancero, pero después el proyecto se fue enriqueciendo”.

El disco de Bis Music se alza en el 2001 con el Premio Grammy Latino, en la categoría Mejor Álbum Folklorico. Comienza un nuevo despegue de Los Muñequitos.
“Desde 1992 – recuerda Cary Diez - yo observé en Los Estados Unidos un interés muy grande por conocer esta música tan cubana, sus bailes y sus toques. En el año 2002, cuando el grupo cumplió su aniversario 50, se presentan a lleno completo en el Jackie Gleason Theather de Miami Beach. Los rumberos entraron en el corazón de los turistas y asistentes de todo tipo, la música y el baile hablan por sí y logran muchas cosas sorprendentes”

Uno de sus integrantes, el corógrafo Jesús Alfonso con 35 años de experiencia nos dice que, desde la década de 1980 se fueron renovando, sin abandonar las tradiciones más valederas. “Abrimos con el saludo a los Orishas, introducimos la percusión arará, tres variantes de la rumba: guaguancó, bambú y columbia. El final es en grande con una resonante conga y una comparsa”.

Casi todos los grupos de rumba se protegen por ramas de familias, constituyen como especie de naciones, rememorando antiguos cabildos. Los Muñequitos protegen su relevo con grupos infantiles y talleres, algunos de sus integrantes provienen de esa fuente.

Contemplar un espectáculo de Los Muñequitos de Matanzas es un verdadero espectáculo rumbero, de una de las músicas cubanas más potentes a la hora de afirmar la identidad.