Las graves denuncias vertidas por un diputado, sobre remesas pagadas por el oficialista Partido de los Trabajadores (PT), para comprar lealtad de varios legisladores, ha puesto en tela de juicio la credibilidad del gobierno brasileño
Brasilia (Agencias). Un incontenible vendaval político ha desatado las denuncias del diputado Roberto Jefferson, hasta hace poco aliado de Lula da Silva, sobre supuestos sobornos hecho por el partido gubernamental para comprar lealtad de varios legisladores brasileños. En declaraciones de Jefferson al diario Folha de Sao Paulo, se han venido pagando desde 1993, cerca de 30,000 reales por mes (12,500 dólares), a varios diputados; con la finalidad de que éstos den su voto de apoyo en más de un proyecto presentados en el Congreso.
El diputado denunciante, Jefferson, detalló en sus declaraciones, que éstos hechos los venía denunciando desde hace varios meses antes los principales ministros del gabinete de Lula da Silva. Sin embargo, recién a inicios de este año, se detuvo todo el esquema de votaciones en el Congreso, cuando se lo planteó directamente al presidente brasileño, quién, según propias versiones de Jefferson, Lula “lloró” al enterarse de éstos hechos.
El ministro de la Coordinación Política, Aldo Rebelo, confirmó que Lula había ordenado en marzo investigar un comentario hecho por Jefferson, acerca de remesas recibidas por diputados, sin mayores especificaciones, pero que le caso fue archivado en la Cámara por falta de méritos. Sin embargo Lula, convocó inmediatamente a sus principales ministros para tratar el asunto y llegar al fondo de los hechos, según declaraciones del ministro de Justicia, Marcio Thomaz Bastos.
El presidente brasileño, Lula da Silva, desde que empezó su mandato presidencial, una de las principales tareas que se impuso, fue la de declarar abiertamente la guerra a la corrupción, ya que ésta “es el peor virus que anidamos la mayoría de latinoamericanos, y que era necesario extraerlo del mismo fondo donde se anida”. En parte Lula ha venido cumpliendo parte de las muchas promesas que hizo desde el inicio, pero, según analistas, Brasil es uno de los países latinoamericanos, donde la corrupción se da con mayor frecuencia y prácticamente en todos los estamentos privados y oficiales del Estado.