Educación, educación y educación

A pesar de las incomprensibles desaveniencias existentes entre varios países latinoamericanos, hay algo en que sí coinciden la mayoría de ellos: tomar como modelo la transformación que ha realizado Finlandia; el menos corrupto del mundo, el más democrático y el mejor en crecimiento económico, entre otros ejemplos. Cómo ha conseguido ello? a base de educación, educación y educación; en palabras de su presidenta, Tarja Halonen.

Con una población que no llega a los 5 millones y medio de habitantes, Finlandia era, hasta hace un par de décadas atrás, el país más pobre del norte europeo. En la actualidad, puede jactarse de ser la sede de la empresa de celulares más grande del mundo –Nokia- y de tener las empresas papeleras y de pulpa más imnovadoras del planeta. Su presidenta, en una singular entrevista que concedió a la agencia Prensa Latina (la que gentilmente a hecho llegar extractos a latino.ch), resumió dicha transformación con estas palabras: “educación, educación y educación. Nuestro país y desde luego su Gobierno, ha invertido en las últimas décadas más que todos los otros países en la creación de un sistema educativo gratuito, permitiéndole al país pasar de una economía agrarian, basada en la industria maderera, a tener una industria de tecnolgía de avanzada”.

Y cuál es el secreto de su sistema educativo? Le preguntan entre otras cosas, Tarja Halonen, responde con una asombrosa simplicidad: “diseñar un excelente nivel de capacitación de los maestros de escuela primaria”, asi de sencillo. Luego agrega la presidenta finlandesa, “tenemos una larga fila de expertos internacionales que están haciendo cola frente a las puertas de nuestro Ministerio de Educación para ver que pueden aprender de nuestro sistema, lo que les cuesta creer es que la respuesta es tan simple como tener buenos maestros”.

El éxito finladés ha provocado curiosidad en todo el mundo, pero especialmente en Latinoamérica, donde la mayoría de los países aún no han hecho la transición de ser exclusivamente exportadores de materias primas a convertirse en productores de productos de alta tecnología que se puedan vender a precios mucho más valorados en los mercados internacionales. Pero, por donde se tendría que empezar? Es allí donde aparece la infranqueable muralla con la que se topan casi todos loa países de la región latinoamericana: la corrupción, la falta de educación elemental y superior o la poca transparencia democrática, entre otros muchos deberes atrazados que tienen estos países.

Mientras Finlandia ocupa el primer lugar entre 179 países en el índice anual de transparencia Internacional sobre las naciones menos corruptas, la mayoría de países latinoamericanos están entre los puestos 120 al 160. En lo que se refiere a los países más democráticos del mundo, también Finlandia está en el primer lugar, y los latinoamericanos no vajan de los puestos 95. Sobre la educación, ni que decir: uno de los más altos índices de analfabetismo se reflejan en varios países de América Latina, cerca del 38 % de niños no terminan la escuela primaria y los que llegan y terminan estudios universitarios no pasan del 27 %. Con estos preocupantes cuadros estadísticos, sería natural y alentador, que muchos gobiernos latinoamericanos miren e intenten aplicar el modelo finlandés.

Según el Foro Económico Mundial y la CEPAL (Centro de Estudios para América Latina), los presupuestos anuales destinados al sector de la Educación en Latinoamérica está muy por debajo del mínimo que se debería destinar a la creación de escuelas primarias, secundarías y estudios superiores; y sobre todo, según el análisis de los expertos, el nivel educativo del profesorado deja muchísimo que desear, por el bajo nivel de capacitación y por lo mál pagados que están casi la totalidad de profesores de todos los niveles educativos. Siempre haciendo una comparación con Finlandia, en este país, los profesores son unos de los profesionales mejores pagados, y gozan de un gran respeto. Pero para ello es necesario tener por lo menos una maestría para enseñar en la escuela primaria y una licenciatura para enseñar en lo que aqui en Europa llamamos Kindergarten. Ahora para poder enseñar en secundaría y universidad, sólo son admitidos uno de cada diez postulantes, y tienen que contar con postgrados de alto nivel educativo. “Sólo de esta manera prodríamos asegurar un alto nivel educativo y excelentes resultados en los estudiantes. Para poder contar con buenos profesionales, se tiene que contar con una buena educación”, desvela la presidenta Halonen.

En el último Forum Latinoamericano de Educación que se celebró hace unos meses en Nicaragua, se desvelaron unos lamentables indices del bajísimo nivel educativo en la mayoría de los países de la region, ésto como resultado del poco empeño de los profesionales o por la casi nula capacitación con que cuentan a la hora de impartir sus clases. Si algo positivo y alentador se sacó de éste Forum, fué que que se asumió el ineludible compromiso de erradicar el analfabetismo, capacitar al profesorado e implementar las infraestructuras para los estudios superiores. La muestra ya la ha revelado con nitidéz y simplicidad la presidenta finlandesa en esa interesante entrevista a un medio informativo latinoamericano. El secreto? Educación, educación y educación.