El Impacto del Mundial de Fútbol 2010

Como muchos de ustedes, estoy pegado al televisor viendo la Copa Mundial estos días. Pero mientras disfruto cada minuto del mayor espectáculo deportivo del mundo, no puedo evitar preguntarme si los resultados de la copa beneficiarán o perjudicarán a los gobiernos de varios países futboleros.

A juzgar por la historia, la Copa Mundial tiene un gran impacto de corto plazo sobre el ánimo de los países, creando un clima de euforia que permite a los gobiernos vanagloriarse de que todo marcha bien cuando a la selección nacional le va bien, y una depresión colectiva que tiende a ayudar a los partidos de oposición cuando los resultados del equipo son decepcionantes.

Tal como lo define Ciro Murayama, profesor de economía de la Universidad Nacional Autónoma de México y analista futbolero, la dictadura militar argentina recibió un segundo viento cuando el equipo nacional ganó la Copa del Mundo de 1978. Por el contrario, el gobierno conservador español recibió un duro golpe cuando afirmó que ″todo va bien'' en el país, y la selección nacional cayó en la primera ronda del Mundial de 1998.

En nuestra región latinoamericana, el desarrollo y resultados de este mundial podrían influenciar, si no lo han hecho ya, en algunas de las próximas elecciones generales que se van a celebrar.

En Colombia, el pasado fin de semana se celebraron las elecciones presidenciales, con una asistencia, entre ejemplar -para el Comité Electoral del Gobierno-, y una justificada abstención para los partidos de oposición. Aunque Colombia no ha llegado a la Final de este certamen mundial, si ha determinado mucho su no asistencia y la pasión que tiene este país por el fútbol.

Brasil, en cambio si lo tiene más complicado. En octubre celebrará elecciones generales. La candidata de centroizquierda respaldada por el gobierno, Dilma Rousseff, y el candidato centrista opositor José Serra están empatados en las encuestas, pero una victoria brasilera en la Copa del Mundo indudablemente beneficiaría a la candidata del gobierno.

El motivo es simple: Brasil ya está pasando por un buen momento. Se espera que la economía crezca un vigoroso 6.4 por ciento este año -su mejor desempeño en 15 años- , el país ha sido electo sede de la Copa del Mundo del 2014 y de las Olimpiadas del 2016, y el presidente Luiz Inácio Lula da Silva es uno de los líderes más populares del mundo. Si Brasil gana el mundial, Lula podrá decir que Brasil está pasando por uno de los mejores momentos de su historia, y que hay que mantener el rumbo.

En Argentina, la presidenta populista Cristina Fernández de Kirchner podría recuperarse de sus bajos índices de popularidad si la selección nacional gana el torneo.
″Si a la Argentina le va bien, Fernández de Kirchner obtendría un balón de oxígeno que no está obteniendo con su gestión política y económica'', me dijo Murayama. Pero para las elecciones presidenciales de octubre del 2011, ya se habrá esfumado gran parte del impacto del mundial, agregó.

Mi modesta opinión, es que los resultados de la Copa Mundial tendrán un impacto político de corto plazo en los países que tengan elecciones en los próximos meses. Eso significa que podría afectar las elecciones de Brasil, pero difícilmente las elecciones de Argentina.

Posiblemente el mayor impacto político del mundial sea la ″ventana de distracción'″ que abrirá para que algunos gobiernos decidan tomar medidas legalmente cuestionables mientras el resto del mundo está concentrado en el mundial.