El Madrid aplica su pegada con el mejor Robinho



El Bernabéu gozó de un partido de goles bellísimos, pifias defensivas, equipos partidos y sin freno de mano, que tanto ponen de los nervios a los entrenadores... y a los porteros. Los blancos se ampararon en la lujuria de Robinho, un ilusionista durante todo el partido, y en su pegada innegable para noquear a un Mallorca contestón, al que le sobró la rigidez de sus centrales y de la pareja de baile del 10 brasileño -Héctor- para dar un gran golpe.


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