Las dos selecciones, Estados Unidos y Argentina, terminaron con una sonrisa de oreja a oreja cuando sonó la chicharra y finalizó el Preolímpico de Básquetbol. Dos razones para comprender el fenómeno:
1) Estados Unidos, el campeón, fue demasiado superior al resto de las selecciones. Recompuso al cien por cien su imagen, exhibiendo un cóctel letal de básquet FIBA y NBA. Defendió como un equipo FIBA (alternando defensa hombre con zona 2-3, bloqueando a los internos rivales en los rebotes, presionando en las salidas, etc) y atacó como un NBA, con transiciones rápidas, tiros letales a distancia y movimientos acrobáticos de todo tipo.
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