Histórico. Espectacular. Vibrante. Dramático. Inédito. La finalísima de Wimbledon 2008 tuvo de todo. Y será recordada por siempre como uno de los más grandes duelos de todos los tiempos. Con un final no imaginado por la mayoría, con Rafael Nadal festejando por primera vez en el césped londinense, en su primera corona de Grand Slam fuera de la arcilla de Roland Garros, y cortando la serie de cinco títulos al hilo de Roger Federer en La Catedral.
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