Entrevista a Puntillita, un cantante del Buena Vista Social Club

Aniversario 80 del cantante de la Vieja Guardia
que triunfó con la orquesta de Julio Cueva, Gloria Matancera y Afro Cuban All Star.


Manuel Licea (Puntillita) es una de las muchas figuras que Holguín ha aportado a la música cubana; el 4 de enero del 2007 se conmemoró el cumpleaños 80 y muchos olvidaron que se trataba de una de las voces de la mítica banda Afro Cuban All Stars, del proyecto de Buena Vista Social Club, que celebra el aniversario diez. Para el libro Buena Vista Social Club, entrevisté a Puntillita en su residencia de Centro Habana y en la Empresa Musical Ignacio Piñeiro, donde acudía a menudo a reunirse en una tertulia que siempre se armaba allí. Las conversaciones giraban en torno a unas ocho décadas de vida y muchas horas de vuelo.

Puntillita, hablemos de sus orígenes
Nací en Holguín en 4 de enero de 1927, cuando el son reinaba con los septetos de moda en La Habana. El son pasaba por su primer boom, ahora pasa por su segundo boom. Mi familia era muy musical, estando en los Boy Scout (niños exploradores), me uno a orquesticas juveniles: Tentación y Hermanos Cuayo y voy aprendiendo a tocar la batería, el bongó y las maracas. Yo era muy inquieto, muy interesado en la música, era mi vida”.

De Holguín te trasladas a La Habana
Me voy a vivir a Camaguey para trabajar con la orquesta Allué y Los Hermanos Licea, allá por el 1939, cuando se inauguraba el cabaret Tropicana. Pero es en 1942 que llega la gran oportunidad como cantante, se enferma el cantante en la orquesta de Los Hermanos Allué y entonces me permiten cantar el tango, en tiempo de bolero, En un beso la vida y otro bolero de Electo Rosell (Chepín): Manola. Fue mi bautismo de fuego como cantante, a partir de entonces las cosas fueron marchando mejor.

Y el gran momento cuándo llega?
En 1944 con el encuentro, en Camaguey, con la orquesta de Julio Cueva (que vivía en La Habana desde 1929). Cueva venía de Europa huyendo de la guerra, en 1940 fundó su orquesta y me lo encuentro en Camaguey. Y me propone sustituir a Orlando Guerra (Cascarita), establecerme en La Habana, pero yo decliné su oferta. Fueron los cantantes Roberto Faz y Roberto Espí (Conjunto Casino), los que me entusiasmaron para que me fuera para la capital.

Entonces, decides trabajar en La Habana?
Decidí residir en la capital, pasé a la plantilla de Julio Cueva, aunque en determinados momentos hice trabajos con Víctor Valdés y René Márquez (padre de Beatriz). “Mi etapa con Cueva comienza en 1945, debuté nada menos que en el Havana Yatch Club, la mansión de la aristocracia, justo frente a los cabaretuchos de la Playa de Marianao. Con la orquesta canté los éxitos de Cascarita, algunos de los cuales le pertenecen a Julio Cueva: El golpe de bibijagua, Tingo-talango, El marañón, Rascando rascando, Pobrecita la mujer y El son de Puntillita que es el tema que me da el sobrenombre que tengo. Todo el mundo me llama Puntillita. Bueno, te diré que me acogieron con muchos elogios en aquellas presentaciones en los grandes salones habaneros. Sobre 1959 llegué a grabar con Cueva un disco larga duración de pasta negra.

Me contaban que eras muy bien recibido en el Liceo de Regla
Allí había que ser estrella para triunfar. Yo tuve, principalmente el apoyo de Roberto Faz que siempre me ayudó en mi carrera y le agradezco mucho su ayuda amistosa”.

Por vaivenes de la música pasaste por cierto olvido
Estuve diez años sin poder grabar un disco, pero en 1985 volví a tener un segundo aire en una gira a México donde me acompañó el conjunto de la Gloria Matancera, fundada en 1927. He visto un reportaje de Omar Vázquez en el periódico Granma sobre esa gira. Y llegamos a presentarnos ante el presidente Miguel de la Madrid, en el Parque Simón de Tolhaáhuao. El periódico El Nacional bajo el epígrafe de “Recuerdos del son”, publicó una larga entrevista por Mac Master. Este éxito mío en México se logra 36 años después de mi primera visita en 1949 con Julio Cueva, justo cuando Pérez Prado hacía estallar la bomba atómica del mambo. En México me recordaban todavía con aquel hit Tingo talango. También volví a cantar Sibanimar, tomado de una obra teatral, de mucho contenido social, de Paco Alfonso.

Pasemos a ese tercer aire tuyo
El tercer aire de Puntillita llega a mis 70 años con el éxito de la orquesta Afro Cuban All Stars y la grabación de dos discos salvadores: Buena Vista Social Club y A toda Cuba le gusta. En 1997 alcanzamos el ansiado Premio Grammy, en la categoría de Música Tradicional. Comenzó la leyenda de los cantantes y músicos de la Vieja Guardia, el renacimiento de la trova y el son tradicional.

Te recuerdo en una de tus presentaciones con Afro Cuban All Stars, en el teatro Carlos Marx
con aquel éxito de Cheo Marquetti: Guajira, el son te llama, el público se emocionaba y se paraba a aplaudir. Dónde radicó el éxito de Puntillita?

Mi estilo tiene un antecedente, está en la línea de Orlando Guerra (Cascarita), casualmente de Camaguey. Cascarita tenía una manera de cantar, en la línea de la guaracha, muy afectuosa en la que colocaba frases dentro de la interpretación de la canción: “Champú de cariño”, “aquí, alborotando a las niñas”. El animador Germán Pinelli, entablaba con Cascarita unos diálogos muy chistosos. Pinellí le decía ¿Qué cuenta el Cáscara? Y el Cáscara le soltaba un chiste de doble sentido, a veces lo censuraban porque eran muy picantes. Ese era un estilo que se remonta a Miguelito Valdés y que emplearon con éxito figuras como: Rolando Valdés (El Jabao), Orlando Plana, El Indio, Fantasmita y otros más. Puntillita fue el último de esa generación ya perdida.

Puntillita se montó en el último tren?
Nos tomamos el último sorbito de champán, nos merecíamos ese brindis por la música, porque atravesamos las verdes y las maduras. El éxito ha sido sensacional, pa´ qué contarte, ya te has enterado por la prensa: Giras por el mundo, conciertos espectaculares de miles de asistentes y muchos quedados afuera buscando papeletas. El banquete fue en grande, ¡ya era hora!