España dio otro paso imprescindible hacia la Eurocopa, pero no logró salir de su habitual mediocridad. El triunfo cayó porque no había otro remedio.
Porque delante había una Letonia indigna de un fútbol competitivo. Pese a las facilidades que encontró, el combinado que dirige Luis Aragonés fue incapaz de reconciliarse con una afición que volvió a irse para casa decepcionada.
http://www.sport.es