Santiago de Cuba es una ciudad de trovadores, existen barrios, peñas, descargas, serenatas, donde pululan cantadores, recordemos el Tivolí, Los Hoyos, San Agustín, La Plaza de Martes, La Casa de la trova, el Parque Céspedes; zonas de ambiente, de atmósfera romántica.
En ese contexto romántico se desenvuelve el festival trovadoresco, todos los años, desde 1964, en celebración del Día de la Trova y los Trovadores (19 de marzo), fecha de nacimiento de Pepe Sánchez, maestro de la trova y creador del primer bolero grabado: Tristeza (1883), que ahora celebra su aniversario 125.
El Presidente del Comité Organizador, Eliades Ochoa, declara que “esta es una fiesta de los trovadores, me siento muy contento de ver lleno el Parque de Céspedes, la Casa de la Trova y todos los espacios del Festival Pepe Sánchez, donde se dan cita los amantes de las canciones románticas que no mueren; por eso, ¡estoy como nunca!, como dice una de las canciones que canto”
En el Parque Céspedes se presentaron en la inauguración, algunas de las figuras mas destacadas de la trova santiaguera José Armando Garzón, Xiomara Vidal, Dúo Cohíba, Los Cubanitos y también la Orquesta de Guitarras y el Coro Orfeón de Santiago.
Son impresionantes los diversos estilos trovadorescos que existen en Santiago, la fuerza de intérpretes con tanta sencillez y naturalidad. No se trata de un festival colorista de la trova, es una corriente que procede de lejanos tiempos que hay que rastrearlos en las fiestas, peñas, serenatas y hasta en la manigua redentora donde los trovadores mambises entonaban patrióticas canciones a la libertad y a la independencia de la patria. Existe un movimiento gigantesco y un público que acepta, vive e interactúa con los creadores.
En el festival hay espacios disímiles: La Casa de la Trova, el Patio de Virgilio, el Patio de los Abuelos, , la Sede del Coro Madrigalista, el Cine Cuba (donde se muestran documentales), bibliotecas, conservatorios, escuelas pedagógicas, prisiones, Plaza de Aguilera, Plaza de Marte y el Parque Céspedes, donde se escuchan canciones y se goza el son tradicional, en un ambiente que los visitantes admiran asombrados, en una era de guerras, de velocidades, de músicas electrónicas estridentes, en Santiago de Cuba se escuchan canciones amables y se baila el son hasta el amanecer.
Hace 110 años acontece en Santiago de Cuba la época de oro de la trova, después de la Guerra Hispano-Cubano-Estadounidense. Hoy, en una atmósfera mas propicia, pero no menos convulsiva, se siguen escuchan do trovadores rebeldes y románticos, la vida no se detiene.