Fiesta de carnaval en La Habana

Los carnavales de La Habana tienen una rica tradición que se remonta a la lejana etapa colonial. A través de estas festividades descubrimos una serie de tradiciones que reflejan el modo de vida, las formas de diversión de un pueblo.

Cambiadas o no, todas las culturas asumen la fuente de la memoria viva que se mantiene a buen resguardo en los barrios habaneros. Muchas de las congas de negros cubanos parecen salidas de un barracón de africanos de los que existían en una etapa muy antigua en la ciudad.

Los carnavales de La Habana se celebran del 1 al 10 de agosto, conmemorando el aniversario cincuenta del advenimiento de la Revolución y el centenario de las comparsas El Alacrán y Los Componedores de Batea. Los desfiles se programaron de 9 a 12 de la noche, posteriormente la gente arrolla detrás de sus comparsas preferidas, siete de ellas tradicionales y seis modernas.

Se sabe que las Saturnales romanas, las fiestas Dionisiacas en honor a Baco y las Dronias helénicas constituyen los orígenes más ciertos del carnaval contemporáneo: la fiesta de raíces paganas más popular del orbe. En la antigua Roma, la más famosa época de libertinaje a lo largo del año se registraba en las Saturnales, que se celebraban el último mes del calendario. Estas fiestas conmemoraban el feliz reinado de Saturno personaje identificado con Cronos, que era dios de la siembra y de la agricultura. (Lola Beltrán)

El Día de Reyes, según Fernando Ortiz no se sabe su origen, “y acaso no pueda llegarse a saber, por no haberlas iniciado ninguna ordenanza superior, sino la espontánea emotividad colectiva de los africanos, avivada por la costumbre de los aguinaldos anuales, propia de los blancos, en Cuba como en los países de su procedencia étnica. Máxime cuando los negros participaron siempre de las ceremonias publicas y festejos populares, conjuntamente con los blancos. Pero es cierto que no se tienen datos seguros acerca de los primeros Días de Reyes que se celebraron en Cuba”.

José María de la Torre ofrece el importante dato, “El ayuntamiento habanero, o el cabildo, como entonces se decía, ordenó el 10 de abril de 1573, las actas capitulares hablan de la festividad del Corpus Christi, todos los negros horros se prestasen a ayudar a la procesión con “invenciones y juegos”, como los sastres, carpinteros, zapateros, herreros y calafates”.

En estos Día de Reyes todas las leyes se suspenden, según argumentan algunos exploradores, y cada hombre puede hacer lo que a sus ojos sea conveniente; puede hasta mirar a las esposas del rey…El festival carnavalesco termina en una gran orgía.

Los blancos en Cuba, que arrastraban su antigua tradición carnavalesca de las religiones europeas celebraban su fiesta mística alrededor del equinoccio primaveral: los negros, que reflejaban en esta tierra sus ritos carnavalescos del solsticio invernal, escogieron Nochebuena y Epifanía para su festividad. Las saturnales romanas se celebraban, según la Roma, en diciembre o en marzo, según el año solar comenzara en uno u otro momento astronómico.

El Día de Reyes ofrece detalles preciosos que revelan ese ancestral origen y la supervivencia en Cuba de ritos análogos a los citados de ciertos hábitos seculares de los viejos continentes. Así, en el Día de Reyes de La Habana, como en las saturnales de la antigua Roma, durante esas fiestas los esclavos gozaban de libertad completa sin mas autoridad que la de sus propios reyes burlescos, por ellos mismos elegidos, según puede leerse en los clásicos latinos. Es conocido que entre ciertos negros de la Costa de Guinea sucede análogamente. Durante la fiesta anual celebrada para expulsar los espíritus malos, las invectivas de los esclavos y clases humildes de la población contra sus reyes y superiores. Su libertad es completa.

La más antigua referencia del carnaval habanero se encuentra en el libro Giro del Mondo, del viajero y cronista italiano Giovanni Francesco Giamelli Careri, que dio la vuelta al mundo entre 1693 y 1698, en 1667 desembarca en La Habana y a su regreso a Nápoles publicó los seis volúmenes de su obra, donde dice: “El domingo 9 de febrero de 1698, en La Habana, antes de la Semana Santa, los negros y mulatos, con pintorescos atuendos, formaron una congregación para divertirse en el carnaval”.

Casualmente, ahora se cumplen 120 años (1888) en que las autoridades españolas obligaron a los antiguos esclavos a transformarse en cofradías católicas; pues no se quería que los negros libres se reunieran en centros propios donde pudieran conspirar contra la dominación española. Para el sabio cubano Fernando Ortiz, el carnaval es un hecho insoslayable de sabor nacional.

Helio Orovio escribe que en 1902, se organiza el primer carnaval del siglo XX, después de la guerra Hispano-Cubano-Americana-. Desde la glorieta presidencial se dieron premios. Ahora se cumple el centenario de la modalidad de La Reina del carnaval y sus Damas, ellas se eligieron por primera vez en 1908, la primera representante fue una bella obrera tabacalera. Los paseos se efectuaron en distintos momentos por la Calzada de Reina, la Alameda de Paula, el Paseo del Prado, la Alameda de Isabel II. No faltaban los estruendosos bailes en el teatro Tacón y en sociedades, con las más apreciadas orquestas.

Durante siglos sobre los carnavales habaneros se esgrimieron argumentos de diverso tema, mil veces infamantes calumniadas en lo artístico, histórico y hasta de de orden público. Después de un largo interregno, en 1937 ya se operó un fervoroso entusiasmo al resurgir las comparsas con el ánimo de las grandes masas de la capital habanera. .

“Hay y habrá personas a quienes las comparsas no gustan. Sobre materia tan movediza como el gusto, nada puede imponerse. Hay quien desprecia los ritmos maravillosos del bongó y hay quienes bostezan al oír una romanza. Hay quien oirá a Beethoven y hay quien se extasía en un son. Hay quien gusta de ambos, según el sentir de las horas y los días; pero, a la masa de la población habanera le agradan las comparsas y no solamente al elemento de sencilla cultura, y esto sería bastante para protegerlas, al menos que hubiera motivos de seria inconveniencia que no los hay” (Fernando Ortiz)

No es fácil explicar lo que significa el carnaval, aunque se insista en que es un reflejo de una forma de vida de un pueblo y que toda fiesta es siempre un homenaje a la imaginación. El carnaval es fiesta, cultura popular que se encuentra en casi todos los países que cantan a los acontecimientos más importantes del año. Toda fiesta es admisible en la lucha por los pueblos por la alegría de vivir.