Aunque el Padre Angel Sanz, afirme que con su definitivo retorno a España, el Teléfono de la Esperanza continuará funcionado con la misma eficacia y voluntad; lo cierto es que con este vacío que deja su promotor y fundador, el futuro de esta institución se torna muy incierta.
Acercándose a su primer aniversario, el Teléfono de la Esperanza en Suiza, ve marchar a su principal elemento humano y la persona que ha sido fundamental para que esta Institución solidaria preste sus servicios de apoyo y ayuda a las personas que lo han solicitado a lo largo de más de diez meses de funcionamiento. A inicios de septiembre, el Padre Angel regresará definitivamente a España después de haber prestado sus servicios religiosos en la Misión Católica Española por cerca de cinco años.
Una misión y un proyecto hecho real
En el transcurso de estos años, aparte de haber estado siempre al servicio de la Misión, el Padre Angel tuvo la acertada iniciativa de crear una institución dirigida a las personas de habla hispana en Suiza que puedan necesitar apoyo y asesoramiento en diversas situaciones. Fue así como a mediados de octubre de 2005, después de más de 2 años de intensos trámites y arduo trabajo, empezó a funcionar el Teléfono de la Esperanza en Zürich.
A lo largo de este tiempo, el Teléfono ha recibido más de 1300 llamadas telefónicas de personas que han buscado todo tipo de ayuda y asesoramientos. Ha prestado ayuda profesional directa a cerca de 400 personas que han tenido entrevistas personales con profesionales calificados, como abogados, psicólogos o asistentes sociales.
Indudablemente para que esta institución solidaria tenga esta acogida, tiene que contar con personas idóneas y que además prestan sus servicios de una manera totalmente gratuita. Pero por sobre todo, ha sido la figura del Padre Angel, el punto de referencia y sobre el que ha girado todo el engranaje del Teléfono. Su ida, sin duda, deja un vacío difícilmente de llenar.
El teléfono seguirá sonando
Cuando en la corta entrevista que sostuvimos le pregunto sobre el futuro del Teléfono, su respuesta es contundente, “el futuro del Teléfono, es un futuro esperanzador. Hemos nombrado una persona que va a ser la Presidenta, que va a ocupar mi lugar. Es una persona, una mujer, que reúne una serie de cualidades que a mi me dan la plena seguridad de que todo va a ir muy bien”.
Lo que más quiere trasmitir el Padre Angel, es que el Teléfono seguirá funcionando de la misma manera que lo viene haciendo hasta el momento. “La estructura será la misma. Aparte de la presidencia, habrán dos co-directoras que trabajarán coordinadamente entre sí. Lo importante es que estarán la misma gente, y otras nuevas que se han incorporado recientemente, y todas en conjunto seguirán trabajando con la misma voluntas que lo están haciendo”, afirma fehacientemente.
La inesperada marcha del Padre Angel, ha suscitado diversas opiniones y conjeturas. La que más se acerca a la veracidad, es que su cambio a Madrid se debe por su dedicación a crear el Teléfono de la Esperanza. Ello, según el argumento de la Iglesia Católica suiza, haya podido descuidar su labor encomendada en la Misión Católica Española en Zürich. Algo, desde luego, totalmente erróneo e equivocado. Si hay algo cierto en todo esto, es que el Padre Angel, en todos estos cinco años, sencillamente dobló su tiempo y sus esfuerzos para cumplir con ambos deberes. La Misión y la fundación del Teléfono de la Esperanza.