El teólogo e investigador peruano Luis Pérez Chirinos presentó el pasado 14 de enero su libro "La inmigración china en el Perú" en la Casa Latinoamericana de Sankt Gallen. En este trabajo narra la explotación sufrida por miles de chinos llevados al Perú en el siglo XIX para trabajar en los campos en condiciones de explotación rayanas con la esclavitud. El autor tuvo la amabilidad de respondernos textualmente algunas preguntas relacionadas a su reciente publicación.
¿Qué lo motivó a investigar sobre la inmigración China en el Perú?
Yo soy cuarta generación de chinos, Cox Cho Weng fue el primer chino de nuestra familia en llegar al Perú, llegó como chino culí, es decir, como chino esclavo. La historia la sabíamos en mi familia en Lima, los padecimientos que sufrieron y su integración en la racista sociedad limeña. Pero en Sankt Gallen, donde resido con mi familia, mis hijos no tenían idea de lo que ocurrió con los chinos en el Perú, así que les contaba historias de chinos, cuentos chinos. Así en el año 2002 se me ocurrió pasar por escrito algunos relatos y estructurarlos de una manera ordenada.
¿Y la idea de hacer un libro?
Una tarde cenábamos en casa con el escritor guatemalteco Manuel Girón y conversando salió la historia de los chinos, a Manuel Girón le gustó la idea y me propuso presentarlo en la Casa Latinoamericana abriendo el ciclo de conferencias de la Casa Latinoamericana del 2004. La conferencia gustó, así que Manuel Girón y Robert Baumgartner me propusieron hacer un libro sobre la conferencia. Era una buena idea, Robert Baumgartner es también descendiente de chinos. Con esa propuesta al material había que darle una forma distinta, más investigación y la propuesta de Manuel era hacerlo bilingüe, alemán - castellano.
Así que contacté con colegas antropólogos, mis ex profesores de antropología y amigos. El manuscrito fue cambiando de formas hasta lo que es hoy el libro. Luego vendría la traducción al inglés y luego al alemán, en sí, un trabajo de chinos. En Lima y Pekín conté con el apoyo y el aliento de mi profesor de semiótica en la universidad, el hermano Guillermo Dañino, misionero de los Hermanos de La Salle en China por 30 años, es uno, o el mejor, sinólogo en el Perú.
¿Cuánto tiempo de trabajo demandó el libro?
En total fueron tres años de trabajo y con participación de muchos amigos revisando el trabajo, las correcciones en inglés y alemán y un valioso aporte de Robert Baumgartner que es mi editor.
¿Qué causas favorecieron la gran corriente inmigratoria china al Perú?
Imaginemos América Latina y sobre todo el Perú en la primera mitad del siglo XIX, un caos. Tropas realistas por todas partes, movimientos independentistas por el otro, pero no perdamos en cuenta que la independencia en América Latina no la hicieron las etnias originarias, fue producto de la incomodidad de los españoles criollos, de españoles nacidos en América, y considerados españoles de segunda, a todo ello se añade el poder expansivo de Inglaterra, que financiaron y apoyaron la independencia de las diversas regiones en América. ¿Por qué será, pues mamay? De seguro, gratis no fue. A todo ello sumamos la decadencia de la corona española, desgastada por las guerras en Europa, las deudas y la crisis interna del reino de España.
¿Quién alentó o quién se benefició con la llegada de los chinos?
El general San Martín necesitaba de tropas. La población andina del hoy Perú, estaba muy diezmada por la esclavitud y la mita, trabajo obligatorio en las minas, como por ejemplo, en Potosí, Bolivia. Quienes quedaban para cubrir los puestos de la carne de cañón eran los esclavos de aquel entonces, los negros. Así que se promovió la libertad de los negros por la causa de la independencia, para tener tropas frescas. Pero los hacendados de seguro no estaban muy felices. Finalmente el gobierno de Ramón Castilla, el 3 de diciembre de 1854 decretó la libertad de los esclavos negros.
Los productores del campo, los grandes hacendados y el nuevo boom, el guano de isla (excremento de aves marinas, murciélagos y focas usado como fertilizante), requerían más mano de obra para la explotación a menor costo. Los grandes traficantes de esclavos en el Perú habían perdido el negocio del tráfico de esclavos negros, pero ya sabemos que el que tiene poder y dinero no pierde. Es así que, un señor llamado Domingo Elías, muy metido en la política y en el negocio del tráfico de negros, empieza a comprar haciendas ¿por qué será? Medio misterioso eso ¿no? y después, con sus contactos logra, nada más y nada menos que, se promueva la inmigración china para mano de obra en las necesidades del país, claro que la cosa de salir bien, le salió recontra bien, ya que, por cada chino contratado se daba un incentivo de 30 pesos (un peso era igual a un dólar), pero no era para inmigrante chino, sino para el "importador" o el chinero. Claro que Elías, y muchos, se benefició al comprar haciendas en quiebra, se hizo importador de chinos para su hacienda, y tenía un plus de 30 pesos por chino. El negocio le salió redondo.
¿Qué esperaban los inmigrantes chinos y con qué se encontraron?
Los chinos culíes venían de Macao, por eso hasta ahora en el Perú decíamos a todo aquél que tenía ojos jalados, "chino macaco". Debemos imaginar, del otro lado, al territorio de China, en una crisis espantosa, miseria, guerra (la guerra del opio 1839-1842), y el colonialismo, la presión de Inglaterra, Portugal, Rusia, Francia...
Los chinos eran engañados por cazadores de chinos, para firmar los contratos. Primero eran llevados a Macao, que se encontraba bajo dominio de la corona portuguesa, en donde era permitido el comercio de chinos. Allí se les emborrachaba, se les contaba del nuevo paraíso llamado América, los chinos firmaban un contrato por ocho años, sin saber leer ni escribir, luego eran llevados a los barcos que para muchos fueron sus tumbas, epidemias, hambre y violencia. Al llegar al puerto del Callao en Lima les esperaba la burla de la gente que, al ver llegar los barcos chineros con el tropel de "macacos" con sus pantalones bombachos y su caminar dando saltitos.
En los contratos se incluía que no iban a trabajar en las islas guaneras, en la extracción del guano, pero nunca se respetó el contrato, no tenían fines de semana, solamente tres días libres al año para celebrar el año nuevo chino.
De 1849 a 1874 se introdujeron en el Perú cerca de 100 mil chinos, todos varones.
¿Qué tragedias se esconden detrás de este proceso inmigratorio?
Imaginemos lo doloroso que fue el ir a otro continente, no saber el idioma, no conocer la cultura y vivir ocho años de su vida en el trabajo como peón de hacienda y encerrado en las "chinerías" que eran galpones inmundos, donde entre ellos mismo campeaba la violencia, la extorsión y la homosexualidad. Los chinos eran encerrados al terminar la jornada laboral bajo candado y llave. Muchos chinos fueron obligados a andar encadenados de pies y manos.
Un hecho doloroso: los chinos practicaron el suicidio como una forma de liberación. Se cuenta que en las playas de las isla San Lorenzo, al frente de Lima, los chinos, llegado un momento de la fiesta de año nuevo chino, iban a la orilla de la playa, vestidos con lo mejor que podían tener, llevaban una moneda de su país que se metían a la boca y empezaban el ritual de preparar el opio y fumar y fumar, ya al atardecer, se quedan dormidos y así esperaban que subiera la marea y morir ahogados. Podía ser una fotografía, una moneda, algo que lo transportara al Imperio Celeste, su patria.
No es nada raro que, cuando se inicia la guerra del Pacífico, que involucró a Chile, Bolivia y Perú, los chinos de las haciendas no tomaran partido por el Perú ¿por qué será? Los chinos se fugaban y organizados por Quntín de la Quintana van a jurar lealtad a Chile, formaran el batallón Vulcano, los chinos de caras pintadas, y bajo el mando del marino chileno Lynch. Para los chinos había llegado el momento de "que la tortilla se vuelva".
¿Cuánto se sabe hoy realmente en el Perú sobre el maltrato sufrido por los inmigrantes chinos?
Actualmente se sabe poco de la historia de los chinos. Sabemos que son muy comerciantes, pero esa es la segunda inmigración, como la que vivimos hoy en Suiza y en Europa.
A veces es mejor ocultar, no buscar culpables, y si hay que buscarlo le damos la culpa a Dios, Dios así lo quiso, así no hay culpables.
Es lo mismo que pasó a las etnias originarias del Mundo Andino. Nadie recuerda lo que el gran Imperio Esclavista de los Incas hizo, por ejemplo, con los Huarpa (200 a.C.) y Wari (600 d.C.). Poco es también lo que sabemos del sufrimiento de los negros en el Perú.
Vemos que es necesaria una memoria histórica, no solamente de los hechos ocurridos hace 20 años en el Perú, sino de los hechos ocurridos hace siglos, Hay que sanar a todo el Perú, reconciliarlo con todas sus sangres.
¿Cuál es la situación de la comunidad china en el Perú hoy? ¿Sufren algún tipo de discriminación?
Es otro nivel, no hay duda, como en todo el mundo la inmigración china es más comercial, quizás nosotros en Lima la recordamos siempre por dos hechos, los chinos recién llegados abrían sus tiendas de abarrotes y chinganas en las esquinas de las calles, lo que llevará a ser denominado por la sociedad peruana, especialmente la limeña, como, "el chino de la esquina". Si uno tenía que hacer una compra se decía: "Anda a ver al chino de la esquina".
Muchos chinos tampoco saben lo que sufrieron sus paisanos en el Perú. Actualmente se han hecho estudios muy profundos, sea a nivel de historia, economía, sociología y religión de la migración china, pero ha quedado en un plano de intelectuales, de investigadores, las reflexiones no han llegado a los colegios a saber nuestras raíces.
También se ha escrito el lado costumbrista, las tradiciones. Actualmente los chinos son parte la variedad de etnias que tenemos en el Perú, es más, nosotros tuvimos un presidente japonés, Alberto Fujimori, que siendo japonés, en el Perú lo llamábamos el chino, aun sabiendo que era japonés.
¿Qué aportes ha significado la inmigración china al Perú?
Los chinos llegaron al alma de los peruanos y de su sociedad racista por medio del estómago, la comida. Hoy se habla mucho de fusión gastronómica y tenemos muchos chefs que dan cursos charlas y congresos. Los chinos fueron maestros de fusionar la comida de su cantón natal con la exigencia del paladar peruano. Por ejemplo, en todas partes del mundo se come la comida china en los llamados restaurantes asiáticos o restaurantes chinos, si uno va al Perú y pregunta por un restaurante chino lo ven a uno como a un marciano, pero si pregunta "¿dónde hay un chifa?" le van a responder que en casi todos los barrios o uno encuentra carretillas de ambulante en las calles que hacen chifa, o chifas al paso.
Chifa es una palabra que escuchaban los peruanos a los chinos cuando terminaban de cocinar y gritaban a los trabajadores culíes ¡chifan, chifan! ¡A comer, a comer! Es así que se quedó con el nombre de chifa, y chifa es la comida que es fusión entre los ingredientes que encontraron los chinos en el Perú para remplazar los ingredientes que no encontraban en el Perú y el arte del salteado en la Wok combinando lo salado, ácido, dulce y picante.
Eso sí que ha sido un aporte importantísimo para la cultura peruana, quién de mis paisanos peruanos, cuando llega al Perú, no gusta un arroz chaufa, un tallarín saltado, una sopa wantán. ¡Pura vida!
Usted ha presentado su libro en la Casa Latinoamericana de Sankt Gallen. ¿Cómo ha sido recibido?
La experiencia ha sido muy hermosa, ver colegas profesores, directores, colegas del Parlamento Católico de la ciudad de Sankt Gallen, una delegación de la colonia china, amigos, intelectuales, poetas, como mi gran amigo Kike Flores que en ése mismo día su madre fallecía en Venezuela. Mucha gente que me ha acompañado en las distintas conferencias que dado en la Casa Latinoamericana. ¡La Casa a full!
¿Tiene otras presentaciones previstas?
Por lo pronto no tengo previsto hacer otras presentaciones. Tengo muchas actividades como teólogo y profesor en la secundaria y la primaria, en donde estoy preparando un material con otro enfoque para la educación religiosa.
Como ya te decía como teólogo soy profesor de religión en varios colegios entre St. Gallen y Wil. Eso me da libertad para estar en otras cosas: soy miembro del Parlamento Católico de la ciudad de St. Gallen, y he recibido la invitación para ser miembro de la Misión Católica para la comunidad china en Suiza. Igualmente soy antropólogo y colaboro con proyectos de desarrollo en el Perú, haciendo de puente entre los dos países. Últimamente viajo cada año al Perú, aprovecho mis vacaciones para visitar proyectos que son financiados desde St. Gallen. A veces solamente tengo dos días libres para mí, pero el hecho de estar en mi país bien vale el sacrificio. Actualmente mis ex alumnos, o jóvenes que han trabajado conmigo cuando fui asesor del "Jungwacht Blauring", o gente que conozco que me preguntan para hacer un voluntariado en el Perú, veo las posibilidades de hacer los contactos en los equipos de trabajo en el Perú, escuchar las exigencias del proyecto y ver las aspiraciones del futuro voluntario, sus talentos que puede compartir en un proyecto e imaginarse trabajar en equipo fuera de Suiza. Eso ya es un buen reto.
Pedidos del libro "La inmigración china en el Perú"
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