Como cada año, la Copa se aparta del Bernabéu. Y van 15 temporadas. El Mallorca cazó al gran oso blanco dándole la vuelta al guión habitual de Chamartín. En lugar de jugar abiertamente, crear constantes ocasiones que mueren en la portería rival y recibir la puntilla en una de las escasas ocasiones de gol madridistas, cuando no queda tiempo para rectificar, planteó exactamente lo contrario.
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