El debut, en el nº 24, del séptimo álbum de estudio de J.Lo en el Reino Unido no podría haber sido más discreto con apenas 53.000 copias, según datos de su compañía. Su evolución tampoco ha sido muy positiva. En su segunda semana de vida el elepé retrocedió 40 puestos (hasta el 64) y tan sólo 7 días después ha desaparecido de entre los 75 discos más vendidos.
Su situación en la lista americana no es mucho mejor. Ni Brave ni su primer sencillo, Do it well, se han asomado al Top Ten estadounidense. A esto hay que añadir el mal resultado cosechado con su anterior elepé, Rebirth (2005).
Pero las escasas ventas del CD solo es una de las razones del malestar en Epic Records, sello de SonyBMG. Los altos costes promocionales, como la imagen de portada cuyo valor asciende a 45.000 euros, o el caché de la artista, 6.000 euros por cada aparición, también juegan en su contra.
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