Explícale que volverás, dale un beso y sonríe, no hagas dramas de la situación.
Cuántas madres han tenido que sufrir la dolorosa situación de tener que ir de vuelta al trabajo después de estar de permiso, y tener que dejar en casa a su hijo hecho un mar de lágrimas, gritos y pataletas! Es duro para la madre pero lo es más para el pequeño porque la mayoría de las veces no entiende que volverás, que el alejarte por unas horas para cumplir otras obligaciones no tiene nada que ver con tu amor hacia él.
Cada vez que existan despedidas, cortas o prolongadas, los padres deben tomar en cuenta la personalidad y la edad del niño, pues existen etapas en la infancia que llevan consigo ansiedades que no pueden evitarse. Algunos especialistas han diferenciado la manera de lidiar con las despedidas de acuerdo a las edades del pequeño:
Hasta los 6 meses el bebé tiene una relación muy estrecha con sus padres, y piensa que lo que no puede ver no existe, por esta razón llora cada vez que sales de la habitación. Explícale que volverás, dale un beso y sonríe, no hagas dramas de la situación. A su manera él entenderá que siempre volverás. Una ventaja de esta edad es que tienen muy corta memoria, por eso aunque lloren y griten descontroladamente al principio, luego de unos minutos se le pasará.
Entre los 8 meses y el año y medio ya sabe que es independiente, y por lo tanto siente miedo de que lo abandones. Puede que sienta ansiedad cada vez que alguien extraño llega a casa, pues piensa que lo dejarás con alguien que no conoce. Si éste es el caso, por ejemplo con una niñera nueva, es ideal que la pasen algún tiempo los 3 juntos (preferiblemente el día antes) para que el niño no tenga que enfrentar solo la situación de conocer a alguien nuevo. Si al momento de la partida llora, trata de ofrecerle algún juguete nuevo que capte su atención, dile adiós y no mires hacia atrás. Aunque parezca duro, es mejor dejar el drama de lado.
Cuando el niño tiene entre 2 y 3 años, ya tiene consciencia del tiempo, al menos de los días, y sabe que “mañana regresarás”. Llorará al momento de la separación porque le frustra que no quieras llevarlo contigo. En esta edad también debe aprender a decirte adiós diariamente, como cuando va al colegio, pero hablar con él acerca de sus sentiemientos lo hará entender que éste es su momento, que mami no puede estar con él porque él debe jugar con otros niños y aprender cosas nuevas. Es posible que esta nueva atonomía le fascine y reduzca el trauma.
A partir de los 4 años el niño puede aprender a usar el chantaje cuando es enfrentado a hacer algo que no le gusta (como estar lejos de ti, especialmente si es que te vas un fin de semana sólo con papá). Se recomienda explicarle que la separación no tiene nada que ver con tu amor por él, discute también acerca de cosas que le gusten, muestra interés genuino en sus actividades diarias, y cuando ya esté más tranquilo dale un beso y despídete tranquilamente. Es ideal que lo dejes con alguien conocido, y si es posible déjale también algo que le recuerde a ti, también puedes planear algo con él para cuando regreses, así se concentrará más en ese momento.
Si tienes que pasar algun tiempo prolongado lejos de él, asegúrale que podrán hablar por teléfono seguidamente, y cuando lo hagan dile cuánto los extrañas pero también pregúntale acerca de las cosas interesante que ha hecho en esos días y dale referencias de tiempo que él pueda enteder para saber cuándo se volverán a ver (tal vez “1 mes” no le dice nada, pero si se sabe los días de la semana le puedes decir que puede contar “4 viernes” y entonces se verán de nuevo).
Cuando estén juntos de nuevo no repares en mimarlo y demostrarle lo orgullosa que estás de él, pues de esta forma se sentirá seguro y alcanzará poco a poco más madurez emocional, lo que lo ayudará en su camino a ser más independiente.