Los Debutantes: Una tragedia en tres actos



Es el primer largometraje de su director, pero eso no fue impedimento para hacer uno de los mejores estrenos del año. Un drama con sexo y acción y un grupo de actores que cualquier cineasta los querría, partiendo por Néstor cantillana y la debutante Antonella Ríos.

SANTIAGO, junio 12.- De Los debutantes se ha hablado por muchos motivos. Por las escenas de sexo, por la presencia de la geisha Anita Alvarado y por el baile con crema de la protagonista Antonella Ríos.

Pero falta una razón para hablar de ella: Los debutantes es una buena película. De hecho, es más que eso. El primer trabajo en largometrajes de Andrés Waissbluth es un filme apasionante, crudo, terrible, un drama hecho con clase, con un guión impecable, una edición de primera y un elenco envidiable, eso sin hablar de la calidad de fotografía y sonido.
Lo cierto es que es una cinta que va sorprendiendo y que responde a una apuesta difícil, ya que la estructura narrativa no era fácil.

Vamos por la historia. Silvio (Néstor Cantillana) y Víctor (Juan Pablo Miranda), son dos hermanos que llegaron a vivir a Santiago, después de la muerte de su madre en su natal Padre Las Casas.

Víctor todavía está en el colegio y Silvio se las arregla como puede para mantener a su hermano. Eso hasta que conoce a don Pascual (Alejandro Trejo), el dueño de un cabaret -entre otros negocios legales e ilegales-, que lo toma como su chofer y su mano derecha.
A estos tres personajes masculinos también los une Gracia (Antonella Ríos), una bailarina exótica del cabaret de Pascual, que sueña convertirse en una artista. Ella quiere ser cantante, pero en vez de eso es la amante del jefe.

Los protagonistas son Gracia, Silvio y Víctor y cada uno tiene su punto de vista en la historia, por lo cual es así como es abordada. Uno se sienta a ver tres filmes, que finalmente entregan la película final.

Se parte con la historia según el joven Víctor, que es la que presenta más vacíos, no por error, sino porque estos vacíos irán siendo completados con el recorrer del filme, una buena manera de trabajar con el suspenso.

Él está enamorado de Gracia y la idealiza. Pero sólo puede pensar en ella, lo que la pone en problemas con su hermano.

Luego la misma historia es revisada desde el punto de vista de Silvio, lo que ayuda a entender muchos puntos que no estaban antes, simplemente porque Víctor los ignora. La visión de Silvio es distinta, al igual que su interés por Gracia.

Finalmente, vemos el punto de vista de Gracia, lo que vuelve a cambiar toda la historia, a ordenar las cosas, a entender sus motivaciones y su relación con los hombres de la cinta.
Todo ello confluye en la escena final, que es cuando se llega a un clímax muy bien trabajado, donde no se sabe bien qué puede pasar, y en el que se atan todas las líneas del drama.
Los distintos puntos de vista, tienen sus propios planos y modos de contar las historias, lo que permite adentrarse al alma de los personajes, todos bien construidos e interpretados por un elenco de primera. Cantillana vuelve a reinventarse, sorprendiendo por su capacidad de nunca repetirse. Antonella Ríos es lejos el gran descubrimiento, canta, baila y actúa, un papel difícil, fuerte, a veces amable, otras no. Y el también debutante Juan Pablo Miranda imprime la cuota de frescura emocional, de estar probando las cosas por primera vez.
Los demás actores mantienen la línea. Un impecable Trejo interpreta al desagradable don Pascual; Eduardo Barril da con el tono del socio corrupto; los matones Víctor Montero (Sábado) y Roberto Farías, muestran qué clase de ambiente se está viviendo; e incluso Anita Alvarado cumple con su papel de prostituta.

Los debutantes tiene sexo, fuertes escenas, no por lo que se ve, sino por lo que transmiten, se mueve en un ambiente decadente y miserable –en cuanto a valores-, jugando con una estética tipo años setenta. Pero en el fondo de eso, es un drama, una tragedia terrible y, a la vez trágica. Con un villano despreciable (Trejo), un héroe trágico (Cantillana), un iluso (Miranda) y una doncella en peligro (Ríos).

En resumen, una cinta imperdible. Hay que verla... y sufrirla.

Director: Andrés Waissbluth
Elenco: Néstor Cantillana, Antonella Ríos, Juan Pablo Miranda, Alejandro Trejo, Eduardo Barril
Calificación: Mayores de 18 años
Alida Mayne-Nicholls/Copyright 2003 Terra Networks Chile S.A.



Desde noviembre 2004
Zürich: Riff Raff
Basel: kult.kino movie
Rorbas-Freienstein: Neues Kino