Zürich acogió recientemente al II Concurso Internacional de la Marinera, un original evento de uno de los auténticos foclores peruanos, que, aparte de su colorido, salero y sobriedad de sus participantes; está dando a conocer un perfil más de la cultura peruana y latinoamericana en Europa.
Más de 30 parejas de ocho países europeos- Suecia, España, Inglaterra, Italia, Bélgica, Francia, Alemania y Suiza-, se congregaron en pasado sábado 5 de septiembre de este año, en el GZ Heuried, en el marco de este Segundo Evento folclórico peruano que, como el año anterior, ha sido todo un éxito, teniendo como tela de fondo a un numeroso público que disfrutó a saciar con la delicia de cada pareja participante; desde los más pequeños hasta los yá consagrados de este sinbólico baile popular peruano.
Uno de los resultados más destacables de este Evento –aparte de lo acertado de sus promotores y organizadores, José y Madeleine Campos;- es sin duda la promoción y participación de los pequeños/as y jóvenes en sus respectivas categorias. De las 32 parejas participantes, más de 10 lo hicieron en las categorias Infantiles y Juveniles; y ello es ya algo muy valioso, que niñas y niños, jóvenes y jovencitas estén tomando la posta de sus padres y difundan en el país donde radican la cultura y costumbres de sus antecesores. Algo que tiene un sencillo y claro significado: que nuestras raíces pueden estar aseguradas por más generaciones.
latino.ch, que en lo posible apoya y colabora en estos eventos culturales, estuvo presente en el desarrollo del propio Evento –donde, claro está, hubo ganadores en las respectivas categorias-, y posteriormente acudió al encuentro de los triunfadores de una de las categorias más emotivas y cautivadoras; los Campeones Infantiles, Alexander Muñóz Niño de Guzmán y Ana Marcela Eggenberger , ambos de 9 y 7 añitos de edad respectivamente. La cita, que a parte de los protagonistas, contó, claro está, con los padres de ambos; transcurrió en una cordial atmósfera; departiendo y cambiando impresiones sobre el evento, sobre lo que conlleva desde inculcarles los valores de nuestra cultura hasta los mínimos detalles de las vestimentas, los ensayos, los nervios- de padres y pareja participante-, antes de salir a la pista de baile; las razones por las que les motiva transitar y participar en estos eventos, los repartos del factor tiempo, los esfuerzos y, luego, las satisfacciones de ver que están haciendo y consiguiendo algo que realmente vale la pena: dejarles un patrimonio cultural a sus hijos.
Labor y satisfacción de los padres
Me atrevo a deducir que una de las ilusiones de los padres, es ver que sus pequeños porten esas deslumbrantes vestimentas típicas de sus paises de origen, y esto a pesar que ambos no tienen la misma procedencia. Mariano (español) y Macu (peruana), padres de Alexander; Niklaus (suizo) y Erika (peruana), padres de Ana Marcela. Sobre esto, que sus hereditarios bailen deliciosamente la Marinera y, más aún, que sean Campeones Infantiles de un Certámen Internacional, naturalmente que les reporte una profunda satisfacción. “Me siento muy orgullosa, igual que su padre, que Ana Marcela haya ganado este concurso, porque ha puesto mucho empeño y esfuerzo, al igual que nosotros”, son las primeras frases emotivas de Erika.
Lo más rescatable de estos eventos culturales, es que de alguna manera les estamos dejando un legado de nuestras costumbres y tradiciones a nuestros hijos, y los dos matrimonios son concientes de ello; y así lo confirma Macu, una serena mujer firme en sus convicciones “lo positivo de todo esto es que podemos promover parte de nuestra cultura y tradición que lamentablemente se está perdiendo, porque las nuevas generaciones prestan poquísima atención a las raíces de sus padres cuando éstos son inmigrantes; aniquilando sin darse cuenta la cultura de sus progenitores”. En esta apreciaicón coincide Erika, una guapísima arequipeña, esposa de Nico, “desde que llegué de Perú aqui a Suiza, he prestado especial atención a que mis hijas conozcan de primera mano nuestra cultura en más de una faceta, como nuestras comidas, nuestra danza y música, y desde luego, que aprendan a bailarla”. Claro que todo esto no es taréa fácil. Se require disponibilidad, tanto de los niños como de los padres, para asistir a la escuela o a los ensayos, agenciarse esas preciosas, auténticas y llamativas vestimentas, “desde luego que todo ello requiere algo de esfuerzo y un poquitín de sacrificio, pero sobre todo, creo que debemos tener una buena dosis de añoranza hacia nuestro país y voluntad para promover nuestra cultura que es muy rica y diversa”, nos dice Macu con mucho convencimiento.
Mariano, un simpatico y cordial español, casado desde hace 12 años con Macu (huachana por cierto), dice con auténtica naturalidad “muy contento por mi hijo y por su madre, porque ambos han puesto mucho de sí para que consigan esta satisfacción, y porque siguen la tradición de Perú; aunque no soy un experto conocedor de la música y danza peruana, los apoyo en todo momento y asisto a cada evento o actuación que haga Alexander”. Y cierto es, como a los padres de estos niños Campeones; muchos, muchos otros, se los vé en cada ocasion junto a sus hijos o hijas apoyándolos y gozando intensamente viéndoles bailar las danzas folclóricas peruanas y latinoamericanas. “Yó creo que Perú se está dando a conocer en el exterior, en este caso Europa, realizando este tipo de eventos; se puede dar a conocer como los típicos charros mexicanos o como la samba brasileña”, apuntala Mariano
Por su parte Niklaus- Nico para la fámili y los amigos-, a pesar que hace unos pocos años, hablaba el español, como Tarzán el inglés; es un jóven dinámico y comprometido con las costumbres y tradiciones peruanas, y no sólo por que su madre y su esposa sean de ese lindo Perú, sinó porque en una sóla vez que visitó la tierra de los Incas, se enamoró de Perú y su gente, tanto que a la primera se enamoró de la que hoy con mucha fortuna es su esposa. “Una de las cosas a que me avoco es a apoyar a mis dos hijas en lo que les gusta hacer. A las dos les gusta bailar, y creo que a la pequeña lo que más le ha motivado, es ver a su hermana mayor, a María Paula, bailar también la Marinera. Eso para mí significa mucho, ello me ayuda más a identificarme con la tierra de mi madre y mis abuelos (talareños)”, subrraya, este activo y jóven emprendedor, ya que tiene una Firma de Catering y Espectáculos, “El INKA”, que desde hace unos tres años está presente en la mayoría de los mejores eventos latinoamericanos que se deasarrollan en Zürich.
Y ellos? Los verdaderos protagonistas!
Desde luego, y todos lo sabemos, que arrancarle mas de dos palabras a los niños, es taréa de gigantes; y como el que escribe este reportaje, es más bien “medianito”, no le fué nada fácil pero aún así, sin darles muchas pistas de que los iba a emtrevistar para no incomodarlos; les “robe” un par de apreciaciones sobre lo que se han hecho acreedores, a ser Campeones Infantiles de la Marinera.
“Siento unas cosquillas aquí (se señala el estómago) y no puedo aguantar a reirme” dice Alexander -un jovencito de 9 años de una tierna mirada y firmes facciones-, cuando le pregunto qué sensaciones tiene cuando vá a bailar una Marinera, y claro, él sigue a lo suyo, con un aire entre formalito y distraido, lleva puesto la típica vestimenta masculina de la Marinera, con un auténtico sombrero de ala hancha, y decorándole el pecho, la insignia que otorgaron por ser el Ganador. Que sientes ser el Campeón Infantil de la Marinera?, me decido a preguntarle, “Uhmm, bién, me siento felíz y muy contento”, me contesta, como diciéndome…yá acaba tío!; claro que antes, le “ametrallé” con preguntas como: saben en tu cole que has ganado este concurso, que regalos has recibido por ello, que si tiene CDs de marinera en su casa, si de grande va seguir bailando esta danza, ( a lo que me contestó con entera seguridad que sí!),si también baila o escucha otra música, a esto me desveló que escucha y es seguidor de Estopa, este genial grupo español. Luego yá se desprendió de la vestimenta y corrió al computer a jugar al…Ajedréz, me desafió a que un día vaya a jugar con él.
Alexander, al participar en este Concurso, ha ganado dos premios: el primero, claro está, el trofeo como campeón; el segundo, tener como pareja a una preciosísima niña, de unos ojazos negros ( como su madre) y mirada viváz; con sus 7 añitos, aún sin cumplir, Ana Marcela, se roba a toda persona que esté frente a ella. Se robó al público y jurado en el evento, pero no sólo por sus facciones, sinó porque baila como nadie la Marinera a su tierna edad. Salero, natural coquetería al bailar, elegancia y mucha sobriedad, son las delicias que conjuga cuando está deslizándose en una pista de baile. Cómo es que has aprendido a bailar la marinera? le despacho a la primera, aprovechando que esta mirándome fijamente; “Más, porque he visto bailar a mi hermana la Marinera” me responde de una, corroborando lo que dijo Nico, su padre. Continúo, ya que ella sigue muy atenta a la entrevista; le digo que si siente algo de nervios o temor cuando está saliendo a un escenario con cientos de personas en las tribunas, “si un poquito, pero luego me pongo a bailar” me contesta con entera naturalidad, que a todos nos produce una intensa risa. Alexander también reconoce que a él le dá un poquitín de nervios en estas situaciones, pero que el ponerse a bailar, les desaparece todas esas incómodas sensaciones.
Hablamos mucho más, sobre todo con los padres, intercambiamos impresiones sobre lo que los latinoamericanos mayores, los de la primera generación, deberíamos trasmitirles a nuestros hijos; que a parte de los nuevos ritmos y mezclas musicales que ellos absorven fuera del entorno familiar; deban también tener un mínimo conocimiento de nuestros valores culturales. Ello, desde luego es taréa nuestra.
Ana con sus padres Nico y Erika; Alexander con sus padres Macu y Mariano
Fotos: 2. CONCURSO INTERNACIONAL DE MARINERA EN SUIZA 2009 - GZ Heuried - Zürich