Lunas de Otoño, son16 cuentos que Manuel Girón ha ido escribiendo durante sus viajes por distintas ciudades y diversos países. Son historias llenas de humor e ironía, que giran en torno al absurdo, sus cuentos reflejan dilemas vitales, historias de todos los días que el escritor saca de contexto con un enorme sentido del humor.

Manuel Girón se permite mezclar realidad, y ficción, expresar sus opiniones sobre el mundo que le rodea con total naturalidad, de manera singular y muy personal, estableciendo un juego en el que participa el autor, sus personajes y el lector, este último obligado por la fuerza y la tensión de la narración que le va envolviendo a la vuelta de cada página, en ocasiones se añade al juego el equívoco provocando la hilaridad y la sorpresa.

El autor coquetea con la ficción, nos asombra con sus ideas, planteamientos y fabulaciones, manteniendo a la vez los pies fuertemente anclados en la realidad.

En resumen, Lunas de Otoño constituye una magnifica y grata sorpresa, una recopilación de ideas con un indudable trasfondo poético.

[Begoña Peris]
Presidenta del Club del Libro en Español de Naciones Unidas en Ginebra

Pedidos: inews@manuelgiron.ch

El hacendado
Me gusta la democracia porque todos pueden votar.
Tengo 500 campesinos en mis campos cortando caña de azúcar. Todos son
analfabetos y algunos son todavía unos críos. Sin embargo, todos votan a la hora
de elegir nuevas autoridades municipales o nuevo presidente de la república.. Yo
mismo pongo la equis sobre la boleta de nuestro candidato para mayor seguridad,
y así les evito que se equivoquen marcando el símbolo del partido contrario.

Hay que rendirse ante la evidencia, los griegos eran unos tipos extraordinarios
que inventaron el mejor sistema posible. Sin la democracia el mundo sería un
caos.

© Manuel Girón, 2014 ProLitteris, Zurich

Millonario en diván freudiano
–Usted sabe que soy millonario, he estado varias veces en la primera posición de la lista de Forbes.
–Efectivamente, sé que usted es millonario y por eso me parece extraño que haya solicitado mis servicios de psicoanalista.
–¿Extraño, por qué?
–Porque se supone que los millonarios no tienen ningún tipo de problema.
–¡Se supone, doctor! pero la realidad es otra muy diferente.
–Muy bien, entonces cuénteme cuál es su problema
–Usted ha de saber que los millonarios como yo nos sentimos como Dioses porque podemos hacer casi todo lo que nos venga en gana. Muy pocas cosas se nos niegan, pero tenemos, como todos, fecha de caducidad, y ahí reside mi problema, doctor.
¡No soporto la idea de morir un día! ¡Quiero ser como un Dios infinito que no muere! ¿Me entiende, doctor?
–Naturalmente, entiendo su problema como si fuera propio, aunque, y con todo el respeto que usted me merece, tengo que aclararle que los Dioses también mueren.

© Manuel Girón, 2014 ProLitteris, Zurich


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