Preocupación contenida en la region latinoamericana por las recientes propuestas de los sectores más derechistas de Estados Unidos de enviar a contingentes militares hacia México a raíz de las escaladas de violencia en este país. La última, la ejecución de 72 inmigrantes.
Un número cada vez más creciente de sectores radicales de la derecha y de la misma Administración norteamericana, principalmente de los Estados fronterizos con México, están pensando llevar seriamente al Congreso estadounidense la propuesta de que el Gobierno Obama destine tropas del ejército hacia su frontera sureña; y si se dá el caso, que se instale en territorio mexicano para combatir conjuntamente con su ejército la terrible lacra de violencia que está desangrando al país azteca.
Las estadísticas de víctimas mortales realmente son alarmantes: más de 28,000 personas han perdido la vida en los últimos 4 años; que deja la escalofriante cifra de promedio de casi 15 asesinadas, directa o colateralmente, por día. El Gobierno mexicano hasta el momento, se vé desbordado por estos crudos acontecimientos, más aún cuando muchos de los hechos traspasan su frontera llegando y tocando directamente a poblaciones y ciudades norteamericanas al otro lado del Rio Grande. Por ello, según algunos analistas -como Pablo Heredia Caballero, del matutino Reforma-, no sería descabellado que militares de ambos países intenten acabar con la violencia relacionada con el narcotráfico que extermina vidas humanas indiscriminadamente, sean mujeres o niños.
Yá en Colombia se está desarrollando y aplicando este bilateral acuerdo entre los Gobiernos colombiano y estadounidense. Material bélico y militares norteamericanos, están operando, oficialmente, desde hace más de dos años en territorio colombiano. La explicación rotunda de ambos Gobiernos, la lucha contra la guerrilla y el narcotráfico colombiano. Este hecho ha ocasionado serias protestas y repulsas de casi la totalidad de los países latinoamericanos; como la que se ha producido recientemente entre los Gobiernos de Venezuela y Colombia, que rompieron relaciones diplomáticas y movilizando tropas y sus respectivas fronteras; que afortunadamente no llegó a mas lejos, entre otras cosas, gracias al cambio de Gobierno colombiano.
Realmente la presencia de militares norteamericanos está en practicamente la totalidad de los países latinoamericanos, ya sean como asesores, instructores u observadores; todo ello dentro de los Tratados de la Organización de Estados Americanos (OEA). Pero hechos, como el de Colombia; solamente se han dado en contadas veces, como en Panamá ( por el caso Noriega), o el de invasion de Granada. En Nicaragua y Guatemala, la presencia y actuación de tropas norteamericanas se justificaron igualemente por la presencia de la guerrilla en estos dos países centroamericanos: Naturalmente no se dieron condenas rotundas a estas invasions de tropas extranjeras en un país soberano, “lo que aún le sigue permitiendo a los Gobiernos estadounidenses justificar de alguna manera su presencia militar en cualquier país de nuestra region”, denuncia Artemio Ganzú Arriola, analista político venezolano.
Los cruendos y trágicos hechos que se están produciendo continuamente en la frontera mexicana-norteamericana, son justificación suficiente para que las propuestas de los derechistas radicales de los Estados de Arizona, Nuevo México o Texas; puedan tener eco en Washington. El Sheriff Joe Arpaio, del condado de Maricopa, Arizona; es un ídolo de los sectores más derechistas de este Estado, que se enorgullece de haber encarcelado a más de 40,000 inmigrantes indocumentados; despotricó contra las leyes mexicanas que prohíben a las tropas estadounidenses realizar operaciones de combate en suelo mexicano. “Cuando fuí director de la DEA en este país (México), mis agentes operaban de manera encubierta, se involucraron en combates abiertos con los carteles de la droga; trabajaban con los militares, con los federales (la policía). Eramos operativos y estábamos aprobados por el gobierno mexicano. Qué de extraño sería si igualmente permiten entrar a las tropas de nuestro país para acabar con esa violencia, si en estos momentos tenemos tropas en Irak o Afganistán, porqué no podemos ir a México, si son nuestros vecinos?” expone Arpaio, que agregó, que naturalmente esto sería con el pedido explícito del gobierno de este país.
Por la parte mexicana, el Embajador de este país en Estados Unidos, Arturo Saruhkan, declaró que “esta idea es inviable. Estados Unidos puede seguir jugando un rol constructivo aumentando sus esfuerzos para contener el flujo de armas pequeñas que ingresan a México y acelerando el desembolso de los 1,400 millones de dólares en equipos policiales de la iniciativa de Mérida” concluyó el diplomático mexicano.
La conclusion mayoritaria y mas cuerda, según los expertos, es que si Washington decidiera acceder a un posible pedido del gobierno mexicano al estilo colombiano, sería un total disparate. Al día siguiente se verían miles de manifestaciones estudiantiles y populares en todo el continente, con posibles víctimas mortals, lo que le reportaria al gobierno Obama un nuevo descrédito, y ello reforzaría el crecimiento o nuevas apariciones de movimientos subversivos en Latinoamérica; lo que daría inicio a un ciclo de violencia política que se sumaría a la actual violencia relacionada con el narcotráfico. Al final, más violencia que ahora.
Finalmente, el índice de asesinatos en México aumenta alarmantemente, pero aún así, según las cifras de las Naciones Unidas, es 5 veces menor que la tasa de homicidios de Honduras, Jamaica o Venezuela, y significativamente inferior a la de Washington D.C.