La “feminización” de la nueva migración latinoamericana a Europa, es uno de los perfiles por lo que se está caracterizando este fenómeno en los últimos 5 años. La mayoría son jóvenes, con un alto nivel de educación, y todas tienen un común denominador: buscar nuevos y mejores horizontes laborales.
Jóvenes, educados, en su mayoría mujeres y dispuestos –en primer lugar-, a enviar dinero a sus familiares en sus países de origen y, luego, a abrirse paso y conseguir puestos laborales acordes con sus estudios (en buen número profesionales). Así, son los nuevos inmigrantes latinoamericanos en Europa, según se desprende del informe elaborado por la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), que encuentra sugestivas diferencias entre ésta y otras oleadas anteriores de inmigrantes.
La mayoría viajan a Italia y España - prima este hecho claramente por los idiomas-, siguen Inglaterra y Alemania los países adonde se dirijen, por las posibilidades que pueden alcanzar teniendo en cuenta sus estudios, muchos de nivel universitario, y otros de alto nivel de capacitación técnica. Según el informe de la OIM, muchos de ellos consiguen nivelar estudios, continuarlos y, paralelamente, ubicarse en aceptables puestos laborales.
Sin embargo, la gran mayoría de la inmigración latinoamericana en el Viejo Continente, sigue desempeñando puestos de trabajo en el sector de la construcción, el servicio doméstico, el cuidado de niños y ancianos y el sector hotelero. La “feminización” de la migración es especialmente alta en Italia, donde el 84% de los cubanos en ese país son mujeres, seguido del 78% de dominicanas y 71% de centroamericanas. De hecho, el informe destaca que la brecha entre los sexos tiende a emparejarse por algunas leyes que éstos países están aplicando, donde las mujeres se reúnen en sus nuevos destinos con sus maridos o parejas.
Los puestos de trabajo
La OIM señala, que a pesar que en el último lustro sean jóvenes, mujeres y bien educados, los que mayormente están inmigrando hacia Europa; las barreras y dificultades para ubicarse laboralmente, son abismales. Mientras las mujeres suelen encontrar empleo sin muchas dificultades en el sector de services, los hombres se vuelcan a la construcción o la agricultura. A comienzos de los 90, el 26% de los inmigrantes latinoamericanos obtenían puestos técnicos y profesionales, mientras que en los últimos años una gran parte se desempeña en labores de baja calificación, que son las que más demanda tienen.
Esto no significa, apunta la OIM, que la mayoría de ellas y ellos, no tenga preparación académica. Todo lo contrario, de un estudio realizado minuciosamente durante cinco años por ocho países europeos, se desprende que la mayoría completó sus estudios secundarios, un gran número realizó estudios universitarios y muchos de elllos- hombres y mujeres-, culminaron sus profesiones. “Los mecanismos en sus estructuras educacionales de cada país, tanto europeos como latinoamericanos, impiden que éstas personas puedan acceder a puestos laboralesa afines a los estudios que han realizado en sus países de origen”, denuncia Arian Depuchinni, miembro de la OIM.
Los colombianos, con un 38.8% en estudios universitarios, son los que más alto índice tienen; seguidos de los cubanos, argentinos, ecuatorianos y peruanos. El documento del informe indica también, que del total de inmigración latinoamericana a Europa en los últimos diez años, entre el 70 y el 90 por ciento son jóvenes; y de ellos, el 78 por ciento mujeres.