Orquesta Aragón: La grande

La Aragón es la Charanga Eterna, la orquesta insignia de la época de oro de la música cubana; ha sido como la escuelita de música, la sinfónica en miniatura de nuestro pueblo. El 30 de septiembre celebra sus 72 años.

“Si tu sientes un son sabrosón/ ponle el cuño que es la Aragón/. Si tu escuchas un rico danzón/ ponle el cuño/ que es la Aragón”

Visitaron casi todo el mundo, actuaron en los escenarios más célebres y populares del mundo: El Teatro Olympia de París; meca del Music hall, la Sala Chaikovski de Moscú; el Lincoln Center de Nueva York; El Poliedro de Caracas, Los Jardines de Guines, las minas de Chuquicamata en Chile y muchos sitios del planeta.

“En el Olympia tuvimos mucha aceptación –me contó Rafael Lay en 1980-, fuimos con el Music Hall de música cubana de 1955, una delegación gigantesca, entre los que participaron; Pello el Afrokán, Los Papines, Los Zafiros, Elena Burke, Celeste Mendoza. Nos atendió el empresario Bruno Coquatrix, el mismo que quiso llevar al Benny Moré en 1963. París es una encrucijada cultural, entienden toda la música que por allí pasa. La Aragón fue una muestra para ellos de lo que representa el formato de charanga francesa: el conjunto instrumental de la danza cubana se apegó a la tradición francesa, por el uso del piano, el violín y la flauta (trío francés) que después se le adicionan otros instrumentos como el contrabajo, las pailas y el guiro de Cuba. Por otra parte, la música que mostramos era muy rica, viva y universal: danzón, mambo, cha cha chá, bolero, guaracha, criolla, todo lo sabroso de Cuba.”

La Aragón comenzó con el nombre de “Rítmica Aragón” (heredera de la “Rítmica del 39”), integrada por siete músicos aficionados. Se ensayaba en la casa de Rufino Roque y después en la de Alberto Ribalta, donde había un piano. La Orquesta seleccionó como tema de presentación “La bella cubana”, de White. Los trajes se diseñaron con sacos de harina de pan, conseguidos por el primer flautista de la Orquesta Efraín Loyola.

La primera presentación ocurrió por iniciativa del locutor Humberto Duarte, de la estación de radio CMHJ de Cienfuegos, en la calle Santa Cruz y San Luis. Duarte organizó una presentación a las 7 de la noche, el 30 de septiembre de 1939.

El primer baile donde tocaron fue el 9 de octubre de 1939, en una casa de la calle Cristina y Línea, donde festejaron la fiesta de quince de la hija de Ramón Rodríguez, en Cienfuegos. Por esa presentación ganaron cuarenta centavos. Posteriormente en la sociedad de negros en el Club o Sociedad Minerva, en la estación de radio CMHJ de Cienfuegos. Después se presentaron en el pueblo de Remedios, le siguieron Camagüey y Vertientes. Esas fueron las primeras presentaciones fuera de Cienfuegos.

La orquesta comenzó con una organización muy rigurosa con el lema de “Todos para uno y uno para todos”, Rafael Lay aseguraba que “Orestes Aragón no andaba considerando estrellas, sino crear un “tutti”, un todo. Las utilidades se repartían, era como una cooperativa, y se contaba con un fondo para enfermedades de algunos de los integrantes. Trabajábamos en equipo, un sistema de creación parecido a lo que hicieron después Los Beatles. Ah, en la orquesta no se permitía tomar bebidas alcohólicas”.

Las músicas de moda: boleros, danzones, fox-trot, pasodobles, chotis, cuplés y otros temas. Canciones de compositores de muy alto nivel y otros de inspiración popular que tuvieron muy buenos resultados con el empaque de la gran orquesta. Nombramos entre los grandes a: Ernesto Lecuona, Gonzalo Roig, Antonio María Romeu, Ignacio Piñeiro, Ñico Saquito, Orestes López, Rafael Hernández, Agustín Lara, Pedro Junco, Joseíto Fernández, Enrique Jorrín, José A. Méndez, José A. Fajardo, Rosendo Rosell, Rafael Hernández, Rolando Vergara, Silvio Rodríguez, Félix Reina, Tony Taño, Piloto y Vera, Orestes Varona, Pepe Delgado, María Aurora Gómez, Marcelino Guerra, Eliseo Grenet, Jorge Zamora, Dagoberto González, Juanito Márquez, Urbano G. Montiel, Ela O´Farrill, Rubén Rodríguez, Rafael Ortiz, Víctor Lay, Felo Bacallao, Pedro Aranzola, Cuates Castilla, Víctor Zamora, Jacobo Rubalcaba, Rodulfo Vaillant, Arsenio Rodríguez, Portillo de la Luz, Virgilio González, Ñico Rojas, Juan Almeida, Rafael Lay, Richard Egues y muchos más.

En 1952 Jorrín escribió la letra del famoso tema que hoy se mantiene: “Si tu escuchas un rico danzón/ ponle el cuño que es la Aragón/ Si tu sientes un son sabrosón/ ponle el cuño que es la Aragón.”

En 1953, la Aragón grabó: “Tres lindas cubanas”, “Mentiras criollas”, “Nunca” y “El agua de Clavelitos”. Después de esas cuatro grabaciones la orquesta cienfueguera grabó comercialmente casi mil discos, decenas y decenas de LP de pasta negra, de 78 y 45 rpm. Muchas grabaciones no se llegaron a comercializar.

El gran despegue de la Aragón ocurre el 7 de agosto de 1955, llegamos apoyados por la cerveza Cristal con el objetivo de tocar un programa diario en Radio Progreso. La orquesta fue reforzada con nuevos músicos.

Poco después de la popularidad del cha cha chá, la Orquesta América de Ninón Mondejar y el talento genial de Enrique Jorrín; marcharon hacia México y dejaron el camino libre. Pero la lucha en la capital no fue nada fácil, en aquellos tiempos la competencia era fuerte, dominaban los “Tres Grandes” (Arsenio, Arcaño y la Melodías del 40); “Sentimos bloqueo, casi siempre las grandes orquestas eliminan a los de abajo”, revelaba Lay en muchas de sus entrevistas. El apoyo de Benny Moré, coterráneo de la Aragón, fue una tabla de salvación, hay muchas fotos del Benny con los integrantes de la Aragón.

Aunque la Aragón no era una orquesta cualquiera, traían la fuerza telúrica del campo, fundieron como nadie y con mucha inteligencia, el cha cha chá. También se observa en las grabaciones el fulminante mambo en los tumbaos y montunos aragoneros.

A ello hay que adicionar la presencia de Richard Egües en las composiciones, orquestaciones y la interpretación de la flauta mágica. Egües era buena parte del timbre de la orquesta. Egües, junto al poder organizativo de Lay se convirtieron en un a pareja invencible.

“Egües es un verdadero genio de la música popular bailable” -aseguraba Rafael Lay-, siempre he dicho que mis músicos preferidos son Egües y Jorrín, dos genios clásicos-populares. Yo dije en 1954, si Egües acepta quedarse en la Aragón, de seguro la orquesta triunfará. 'El bodeguero' es el segundo cha cha chá más famoso del mundo; Tan sabrosona la escribimos entre los dos...”.

La Aragón comenzó tocando, preferentemente en los diversos salones de La Tropical, en las sociedades de negros, porque en muchas sociedades aristocráticas se interesaban en otras músicas muchas de ellas foráneas. Decían que el danzón era una música de caballitos, preferían el vals, pasodoble, charlestón. Se hacía mucha música instrumental, hasta que llegó el cha cha chá cantado. Hay que decir que la llegada del nuevo baile sin igual de la Orquesta América puso de moda las charangas por encima de los conjuntos y jazz band.

Las composiciones más conocidas de Lay: Mi amor ideal, No eres comprensible (boleros), Cero codazos, cero cabezazos, Guido postalita, Tan sabrosona (Con Richard Egues); todos estos son cha cha chá. Mi charlestón cha (charlestón), A nadie más, Mario, Nick y Humberto, Que bien estamos, Sí, Envidia (danzones), Mambo inspiración (mambo), La pachanga de Dalia (pachanga), Chaonda con onda (chaonda), El mundial de la pelota (son montuno)

El cuño de la Aragón

El timbre, el cuño, el secreto mágico de la Aragón es lo más importante, detrás del éxito multitudinario de una orquesta o un cantante, siempre hay un fundamento, un misterio. Ese es el misterio que durante años estudié, con la ayuda de Lay, Richard Egües y algunos de sus hijos.

Pepe Olmo me dijo que el secreto de la Aragón lo constituían las voces, la flauta (esa era la mitad del secreto), la otra mitad era la dirección organizativa y musical de Lay. Sin embargo, Lay, muy modestamente reveló en 1982: “En realidad la Aragón logra lo que llamamos un tutti –un todo, un Ensemble orquestal de la sinfónica en miniatura”. Toda la orquesta sonaba con ajuste y exacta precisión, con el soneo en el cha cha chá.

Armonía en los violines, piano “martillado” al estilo novedoso del cha cha chá por Pepito Palma. Bajo soneado de Joseíto Beltrán. Paila de Orestes Varona, con su peculiar toque de abanico “chorreao”, alado del centro hacia afuera. El guiro de Panchito Arboláez, en forma “aragoneada”, maraqueado, como cantando “Aragón, Aragón!”.

La flauta mágica, sobrenatural de Richard Egues, con sus difíciles pasajes de notas agudas posibilitadas por el alto nivel técnico que logra un estilo “quinteado”, como lo haría Beethoven con la Quinta Sinfonía, pero a lo cubano. Egues y Arboláez daban el aire soneado que magnifica el cha cha chá.

Las voces son decisivas en una orquesta bailable, es la ventana, buena parte del timbre y de la atracción de taquilla. Las voces de la Aragón se consideran las mejores de orquesta charanga. Eran muy dulces (pastosas) –al unísono-, nada engoladas del viejo estilo. Tenían la savia callejera, pero con mucho refinamiento y cierta aristocracia. Lay poseía un timbre fuerte, seguro y afinado, mientras que Bacallao era el falsete o voz prima potente. Aunque cuando Bacallao se agotaba, Lay hacía el falsete. Rafael era como la miel al timbre de las voces, una manera de decir diferente. Pepe Olmo (sin s) era la voz de melcocha, extremadamente dulce, que recreaba la melodía con un estilo propio y natural. Pepe fue la más grande voz de charanga, me dijo una vez Fernando Álvarez. Llegaba a poner la voz en notas agudas hasta el mi (Ven Morena) y algunas notas las llevaba a fa y sol, algo asombroso a las voces de charanga en esa época. Rafael Lay hacía unos moldentes muy típicos y personales, era –según su propio hijo Rafaelito-, como la mayonesa, el adorno final que daba el complemento a las voces. A veces Lay, cuando se agotaba Bacallao, apoyaba en la voz de falsete. No olvidemos que la Orquesta trabajaba mucho, varios bailes con tres tandas diarias, las voces eran muy potentes.

Las músicas de moda: boleros, danzones, fox-trot, pasodobles, chotis, cuplés y otros temas. Canciones de compositores de muy alto nivel y otros de inspiración popular que tuvieron muy buenos resultados con el empaque de la gran orquesta. Nombramos entre los grandes a: Ernesto Lecuona, Gonzalo Roig, Antonio María Romeu, Ignacio Piñeiro, Ñico Saquito, Orestes López, Rafael Hernández, Agustín Lara, Pedro Junco, Joseíto Fernández, Enrique Jorrín, José A. Méndez, José A. Fajardo, Rosendo Rosell, Rafael Hernández, Rolando Vergara, Silvio Rodríguez, Félix Reina, Tony Taño, Piloto y Vera, Orestes Varona, Pepe Delgado, María Aurora Gómez, Marcelino Guerra, Eliseo Grenet, Jorge Zamora, Dagoberto González, Juanito Márquez, Urbano G. Montiel, Ela O´Farrill, Rubén Rodríguez, Rafael Ortiz, Víctor Lay, Felo Bacallao, Pedro Aranzola, Cuates Castilla, Víctor Zamora, Jacobo Rubalcaba, Rodulfo Vaillant, Arsenio Rodríguez, Portillo de la Luz, Virgilio González, Ñico Rojas, Juan Almeida, Rafael Lay, Richard Egües y muchos más.

En 1952 Jorrín escribió la letra del famoso tema que hoy se mantiene: “Si tu escuchas un rico danzón/ ponle el cuño que es la Aragón/ Si tu sientes un son sabrosón/ ponle el cuño que es la Aragón.”

Como muchas de las agrupaciones en la década de 1950, la Aragón reforzaba integrantes en las grabaciones. “Las disqueras exigían los refuerzos en busca de mejores sonidos, -adiciona Richard Egües-. Benny Moré reforzaba los metales de su Banda Gigante y nosotros reforzábamos la cuerda de violines con músicos sinfónicos, buscábamos un sonido redondo. Fernando Álvarez con su peculiar voz, grabó muchos discos, sobre todo antes de la entrada de Felo Bacallao en 1959”.

La Aragón es la orquesta inolvidable, una de las mejores representaciones de la cultura cubana a la hora de afirmar nuestra identidad.