Chucho Valdés ganó otro Premio Grammy, en la categoría de Jazz Latino por el disco Juntos para siempre, de la disquera Calle 54; ya suman siete Premios Grammy y 16 nominaciones. Estos dos últimos premios son compartidos al piano con su padre Bebo Valdés.
Después de tanto tiempo Chucho vuelve a la premiación de los Grammy, allí declaró a la prensa que se trata de un premio muy especial, un tributo dedicado a su abuela Caridad “que siempre quiso vernos juntos tocando a mi padre y a mí; tal como lo hacíamos en mi niñez, cuando me sentaba a aprender de mi gran maestro de la vida. Es un disco precioso, salió en primera toma, tocando y tocando, como lo que uno hace en la propia casa. Verdaderamente estoy muy feliz y estoy muy realizado con este triunfo de mi país”.
Se trata del primer disco grabado solamente con su padre, fruto de las gestiones del cineasta y productor Fernando Trueba, un amigo y amante de la música cubana.
Antes de ganar estos dos premios por este último disco, Chucho me dijo que no podía asegurarme si podría ganar algo con esta nueva grabación. “Tú sabes que los premios tienen sus piruetas, sus azares, son una caja de sorpresa. Lo importante es que este disco fue hecho con sinceridad, grabaciones que son para la eternidad. Se trata de mi padre, un músico que desde la cuna lo veía como mi guía supremo”, me expresó el pianista con esa naturalidad que lo caracteriza, acostumbrado ya a tantos honores.
De la conversación que sostuve con Chucho antes de la partida hacia los EE.UU. publico estas preguntas:
Chucho, de alcanzar este segundo Grammy por el disco Juntos para siempre qué pasaría?
Siempre aparecen los compromisos, más contratos, entrevistas, más trabajo que siempre estimula.
Ahora tienes una nueva banda?
La nueva banda llamada Los mensajeros afrocubanos, no es, ni tan grande como Irakere, ni tan pequeño como su Cuarteto. La banda cuenta con siete integrantes, un septeto estelar: Juan Carlos Rojas Castro (batería), Lázaro Rivero Alarcón (Bajista), Yaroldi Abreu Robles (percusionista), Reinaldo Melián Álvarez (trompetista), Carlos Miyares Hernández saxo tenor), Dreiser Durruthy Bombalé (voz y batá), Chucho Valdés (pianista). Como puedes observar, no es tan pequeño como el cuarteto que yo tenía, ni tan grande como la banda Irakere. Es muy alternativo para hacerlo todo. El objetivo es para destacar más su pianística, me siento muy complacido con esta nueva banda.
Cómo van los planes con la nueva orquesta?
La orquesta realizó una gira por Europa donde tuvimos buena acogida. Después del Grammy Latino presenté mi nueva banda con el último disco Los pasos de Chucho. El concierto se realizó en el Teatro Auditórium Amadeo Roldán de La Habana. Acerca del último disco te cuento que, posee ocho temas diferentes en conceptos dentro de la misma línea del jazz afrocubano; pero unidas en una sola forma, no es una locura. Tiene música aleatoria, dixie, música africana y cubana (danzón, cha cha chá), Un disco muy sui géneris que contiene de todo con una percusión esencial. Pienso que es el mejor de todos mis discos. Algunos de los temas son: Los pasos de mensajero, danzón (ligado a la balada), un homenaje a Water Report, Nueva Orleans (dedicado a los damnificados del huracán Katrina (un tema muy americano con toques de tap). Le sigue una obra dedicada a Babalú, otra a Julián, mi pequeño hijo de seis años que ya toca el
Hablemos un poco sobre el próximo Festival Internacional Jazz Plaza
El Festival comenzaremos a realizarlo de nuevo en diciembre, después del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, más o menos a mitad de diciembre.
Me habías dicho que puede haber sorpresa con la invitación nuevamente de Michel Legrand, el Chopín moderno de Francia?
Michel Legrand tiene mucho interés en venir a este próximo festival, en eso andamos, para hacer algo muy especial. Todavía no puedo confirmarte nada, Michel tuvo algunas dificultades de salud, pero eso se resuelve. Michel y yo tenemos proyectos de un disco muy importante. Ya el estuvo en los inicios del siglo XXI. Legrand reconoce los valores de la música cubana, tenemos una amistad muy prometedora, nos conocimos en Europa y, desde aquel momento ha habido mucha interconexión.
Pero esperamos a muchos músicos de calibre, ahora parece que hay una atmósfera más apropiada para el intercambio musical, de lo cual nos alegra mucho. Los artistas somos hermanos de la pena y de la creación.
No piensas que haya dificultades con los invitados extranjeros debido a que en diciembre muchos quieren estar en su tierra?
Eso sería a mediados del mes de diciembre, sobra tiempo para que cada cual estén en su país en el fin de año. Además, siempre convocamos a muchos jazzistas que no tienen inconveniencias en asistir a esta meca de latin jazz (cubano). No te olvides que los músicos tienen mucho interés en captar por dónde va el sonido de los nuevos tiempos.
El Festival de Jazz en La Habana ha alcanzado como un nuevo renacimiento?
Lo puedes decir así, tenemos un buen apoyo administrativo del Instituto Cubano de la Música, muy bien encaminado.
Y los músicos cubanos en qué situación se encuentran, según tu apreciación?
Contamos con muchos consagrados como José Luis Cortés (NG La Banda), Maraca, Jorge Reyes, Jorge Luis Chicoy, César López, Ernán López-Nussa, Fonseca, Rolando Luna, Robertico Carcassés; pero también hay una savia nueva que es impresionante, en el último festival recibimos visitas de muchos empresarios en busca de esa sangre joven.
Se cumplió el aniversario 30 del Premio Grammy 1979 de Irakere y de la obra clásica Misa Negra?
Eso fue en la categoría de Música Latina, en Estados Unidos, siempre fuimos los primeros, aunque no hubo ninguna fanfarria, más bien cierto recelo de algunos; pero el Premio llegó a Cuba, tarde, pero seguro. Eso abrió mucho el cañaveral, las relaciones entre cubanos e estadounidenses. El disco en cuestión fue Irakere, (Columbia 35655 CBSINC. NY. 1979). Misa Negra fue catalogada por la revista Down Beat, como el mejor solo de piano de 1978. Fue como una nueva escuela del tumbao cubano y afro mundial.
Después de ese acontecimiento trascendental qué pasó?
Participamos en todos los festivales de jazz del planeta.
Pero hubo un antecedente?
Ya los jazzistas internacionales conocieron de Irakere en el Festival Internacional Jambore de Polonia en 1970, tuvimos un encuentro con figuras como Dave Brubeck, uno de mis ídolos musicales. Quedó muy impresionado por la potencia musical de Irakere y aquel encuentro me colocó entre los cinco pianistas más importantes del jazz a nivel mundial, por encima de estrellas como Chick Corea. Brubeck se encargó de llevar una cinta musical de Irakere a Los Ángeles. Ya en 1977 llega a Cuba un crucero artístico y jazzístico Daphne donde venia Dizzy Gillespie, Stan Getz, Eral Hines, David Amram, Ray Mantilla, Rodney Jones, Ben Brouwen, Mickey Roker, Joe Ham; todos se encargaron de llevar las noticias de la salud de la nueva música del jazz cubano (Latin Jazz). También resonó la conformación de la Orquesta Cubana de Música Moderna dirigida por Armando Romeu en 1967.
Esos fueron los inicios de una ruptura del bloqueo musical?
Sí, porque después en marzo de 1979 se celebra en el Havana-Jam (Encuentro Cuba-USA) que grabó la CBS y fue un verdadero acontecimiento. Fue un momento de apertura de parte de la administración de los EE.UU. Ahora 30 años después se avecina otro buen momento, los músicos siempre han servido para abrir caminos ante esos bloqueos que a nada conducen.