Paraguay triunfó y pasó



Gerardo Martino salió del banco del estadio La Carolina y aplaudió dos veces. No hizo más gestos y enfiló hacia el vestuario. Esa despedida de Barinas resultó el perfecto epílogo de la actuación de Paraguay: cumplió, pero no convenció.

Le alcanzó para derrotar 3-1 a Estados Unidos y para asegurarse un lugar en los cuartos de final. Pero también resultó un llamado de atención de cara al futuro inmediato, por su juego.

Al cabo de ese primer tiempo de desprolijidades compartidas, quedó una sensación: aquel 5-0 de Paraguay a Colombia no había sido la consecuencia del nivel real del equipo de Gerardo Martino. Aquella contundencia, aquella actuación casi sin resquicio para objeciones no tuvo una continuidad acá, en Barinas. No sólo eso: la idea de un equipo guaraní ofensivo -impulsado por el sucesor preferido de Marcelo Bielsa- no dio señales de vida frente a un Estados Unidos que llegó a la Copa América a experimentar.

Sin mucho, el equipo de Bob Bradley le complicó el partido a Paraguay. Primero, dividió la posesión de la pelota; luego trató de golpear. Y lo consiguió en varios tramos de la primera etapa. Pero le faltó constancia, como contra Argentina.


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