"Vergüenza" fue la palabra más utiliza en el Camp Nou el día después de que el Barcelona cayera eliminado en las semifinales de la Copa del Rey ante el Getafe, que remontó la eliminatoria endosando a los azulgrana un humillante 4-0. Mientras los aficionados increpaban duramente a los jugadores, Eto'o asumía responsabilidadey se sinceraba: ""Sentí mucha vergüenza. Si hubiese podido abrir el suelo, y meterme dentro, lo habría hecho".
La plantilla, que saltó al campo de La Masía a las 12,25 horas, después de mantener una reunión en el vestuario de casi media hora con el cuerpo técnico, el presidente del club, Joan Laporta, y el secretario técnico, Aitor 'Txiki' Begiristain, fue recibida con pitos por un centenar de aficionados con ganas de descargar su ira contra los jugadores después del ridículo que hicieron en el Coliseum Alfonso Pérez.
"Peseteros", "sinvergüenzas" o "vagos" fueron algunos de los calificativos que los aficionados culés utilizaron como arma arrojadiza contra la plantilla azulgrana, en un entrenamiento en el que todo eran caras largas y en el que ni siquiera Ronaldinho, que se entrenó con sus compañeros en lugar de quedarse en el gimnasio como hace habitualmente el día después del partido, se libró de las críticas. Alguno le pidió que dejase de "engañar" al club que le paga y se marchara de una vez al Milan.
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