Publican libro sobre la Sonora Ponceña

El ejemplar fue escrito por Carmen D. Lucca.

Por OMAR MARRERO/AP
SAN JUAN — Cuando en 1954 el puertorriqueño Enrique Lucca Caraballo organizó un conjunto musical que bautizó como la Sonora Ponceña, jamás imaginó que medio siglo después sus correrías por el mundo iban a ser plasmadas en las páginas de un libro.

"Ni siquiera me imaginaba que iba a conocer tanta gente importante, ni visitar tantos países. La verdad es que es un honor bien grande", dijo Lucca, conocido en el ambiente musical como "don Quique Lucca".

Pero el libro es una realidad y en él ya está plasmada la historia de Lucca como músico y de la Sonora Ponceña como institución musical.

"La Sonora Ponceña al compás de una vida" es el título de la publicación, escrita por Carmen D. Lucca, poetisa y sobrina del veterano músico que en diciembre cumplirá 95 años de edad.

"Creo que el título es el más apropiado. Es un lenguaje musical porque la vida tiene un compás musical. La historia de la Sonora Ponceña y su desarrollo, el latido y el temple de la orquesta es el de mi tío. La vida de la orquesta y la de él van juntas", manifestó la autora a Prensa Asociada.

La Sonora Ponceña lleva 53 años de trabajo musical y es considerada una institución musical, tanto por la cantidad de sus éxitos como por su estabilidad en el ambiente artístico.

"No considero que haya hecho gran cosa", dijo Lucca a la AP con la humildad que lo caracteriza. Pero, ciertamente su legado a la música popular puertorriqueña y latinoamericana ha sido motivo de innumerables homenajes.

Según la autora, en el libro narra las circunstancias de la difícil vida de un músico, sus tentaciones comunes y sus éxitos, además de ofrecer datos poco conocidos del ex director musical de la agrupación.

El libro es el pago de una deuda sentimental que tenía la autora con "don Quique" porque ella no pudo estar en Puerto Rico cuando falleció la esposa del músico. Cuando finalmente pudo venir a la Isla dos años después, encontró que el músico aún penaba por la muerte de su esposa.

"Quique estaba triste y en nuestras conversaciones se abrió a la historia. Le dije que toda esta tristeza la podía expresar en un poema. 'Voy a usar tu voz', le dije. Me fui a Nueva York y cuando lo tuve listo, se lo envié y lo llamé", contó la poetisa.

"En la conversación le dije que el poema pedía que se escribiera algo más. Le dije que le faltaba un libro sobre sus memorias y le prometí escribirlo yo. Esa promesa le añadieron más espacios de vida. Fui a Puerto Rico y lo entrevisté por muchas horas y poco a poco comencé a transcribir", agregó la también productora de eventos culturales en Nueva York.

En la Gran Manzana, la escritora también produce anualmente el Festival Rafael Hernández, que este año honrará el legado musical de la compositora puertorriqueña Sylvia Rexach.

La narrativa del libro es amena y, por la edición limitada, la autora cree que se puede agotar pronto. Si así sucede, ha prometido trabajar una segunda edición con un capítulo adicional sobre Papo Lucca, hijo del veterano músico y director musical de la orquesta desde hace más de 30 años.

Aunque Don Quique ya no toca ni dirige la orquesta, su presencia en el grupo es continua y los homenajes a su legado no tienen fin.

"Me dijeron que el municipio de Ponce cambiará el nombre de la calle Atocha para ponerle Paseo Sonora Ponceña. Eso es un honor que jamás imaginé recibir", destacó.