Soy madre ¿qué pasó conmigo?

Antes de ser mamá, se es mujer...y aún después de la llegada del nuevo miembro de la familia hay que seguir siéndolo.

En Mayo celebramos la abnegación de una de las tareas más difíciles y a la vez hermosas: la de ser madre. Una de las profesiones que llevan consigo una carga de sacrificios incontables, pero también una de las pocas en las que las satisfacciones son más que los momentos de frustración, y en las que las alegrías no se pueden ni contar.

Al principio de este camino, sin embargo, la mujer debe enfrentar nuevos retos que nada tienen que ver con sus miedos e inseguridades por ser responsable por otro ser humano, sino más bien con respecto a su apariencia y amor propio.

Antes de ser mamá, la mujer es eso antes que nada: MUJER y como tal es coqueta, ambiciosa, consentida y aprende a quererse a ella misma antes de poder querer a otros. Es por esto que cuidar de su apariencia física es una de las prioridades al salir de la maternidad.

Aquí hay algunos tips para despedirse de la mala facha y reencontrarse con la mujer que se esconde detrás de la mamá:

• No a la ropa de maternidad. No hay nada peor para la autoestima que vestirse con prendas que te hacen ver como embarazada, cuando ya no lo estás.

• Cambia tu look. Si es cierto que tu vida ha cambiado, es entonces tiempo también de que cambies un poco tu corte de cabello o color de tinte, para sentirte renovada, además es una oportunidad para darte un gusto y dejarte consentir.

• Ejercicios para regresar a tu talla. Si bien es cierto que muchas veces es muy difícil regresar a la talla que se tenía antes del embarazo, es cierto también que sí se puede hacer un muy buen intento. Caminar con el bebé a diario – y si se puede, también correr – tomar una hora de yoga o pilates, además del “corre corre” en el que el nuevo bebé pone a la madre, son opciones que sin duda contribuirán no sólo con la recuperación del cuerpo pre-embarazo, sino también con la salud mental de la madre.

• Amamantar es tu aliado. Toda la grasa que tu cuerpo almacenó durante el embarazo, se utiliza para producir la leche con la que amamantarás a tu bebé. Es por eso que esta forma de alimentación es el principal ayudante en la pérdida de peso, ya que utilizas las reservas calóricas del cuerpo. Además, según la UNICEF disminuye el riesgo de enfermedades como cáncer de mamas y ovarios, además de proporcionar una quema extra de calorías.

Anímate a ser feliz, no sólo por la llegada de tu bebé, sino por la mujer maravillosa que eres y ha decidido enfrentar el maravilloso reto de amarse a sí misma a la misma vez que ama a otros.

Mariangel Simoza-Ecker