Agencias. Estados Unidos de Norteamérica, posiblemente es el único país donde portar un arma de fuego (pistola, revolver, escopeta o fusil) es casi una tradición; la que se remonta hasta la época del Oeste americano, cuando portar una pistola o revolver, era lo más natural del mundo. A pesar de haber transcurrido cerca de tres siglos de este arraigo, lo cierto es que hasta hoy en día, esta tradición sigue imperando en todo el territorio estadounidense.
Una dependencia del Departamento de Estadística de Washington, ha revelado hace unos días, que uno de cada tres norteamericanos posee un arma de fuego, muchos de ellos la portan consigo o en el auto, y la mayoría la tiene en su domicilio. El mismo informe da a saber que cerca de 2 millones de niños y jóvenes menores de 16 años, tienen conocimiento de que en su casa existe una o más armas de fuego. Muchas familias tienen como ascendencia tradicional, enseñar a sus hijos desde pequeños a manejar un arma de fuego.
En muchos Estados como Ohio, Colorado, Texas, Arizona, Dakota, Arkansas, Nebraska o Montana; tienen incisos en sus legislaciones donde portar un arma es prácticamente legal. Pero el peligro real existe en las ciudades más cosmopolitas, como New York, Chicago, Baltimore, Filadelfia, Miami, San Francisco, Las Vegas o Los Angeles; donde diariamente se registran víctimas mortales causadas por armas de fuego.
Estos últimos días, a raíz de la catástrofe causada por el Huracán Katrina, la televisión ha mostrado crudas imágenes de las víctimas; pero también, como muchos de ellos mostraban sus pistolas, revólveres o fusiles cortos, para defenderse del pillaje desatado. Y es que, esta es una de las principales justificaciones de los norteamericanos para portar armas de fuego; su propia defensa.