Una fisioterapeuta suiza ayuda a niños discapacitados de los Andes peruanos

Katja Reichstein es una suiza de 39 años que, luego de hacer un curso intensivo de español en Argentina y de viajar 8 meses en bicicleta por Latinoamérica, decidió quedarse en la región de Cuzco para fundar un proyecto solidario con el propósito de alentar el desarrollo de chicos con discapacidades físicas.

Su trabajo en el Perú comenzó cuando, durante su estadía en Sudamérica, tuvo la posibilidad de trabajar como voluntaria en una clínica. Allí pudo ver de cerca las condiciones de vida de la población de escasos recursos de los Andes, y se sintió especialmente conmovida por el modo de vida de los chicos y jóvenes con discapacidades, por lo que decidió fundar un proyecto solidario denominado "Kuska Llank'aspa", antecesor del actual proyecto denominado "Wiñay".
Antes de que Reichstein iniciara su trabajo, no existía en esta región del Valle Sagrado de los Incas un servicio de fisioterapia, estimulación o rehabilitación para los niños discapacitados. Muchos de estos niños vivían escondidos por sus familias, alejados de las instituciones educativas e incluso en algunos casos en situaciones de maltrato. Algunos de ellos ni siquiera eran inscriptos y registrados, por lo que su existencia era ignorada por la sociedad, y en muchos casos eran tenidos en sus hogares sin ningún tipo de formación o estimulación, cuenta Reichstein.

Los comienzos
En los inicios del proyecto los pacientes eran visitados en sus hogares, pero las distancias y el tiempo que implicaba recorrerlas hacían imposible visitar y tratar a más de un chico por día, lo que perjudicaba la continuidad del tratamiento.
Por este motivo, en el año 2009 se decidió alquilar una casa y trasladar a todos los chicos allí para un mes de terapia intensiva. La experiencia demostró un gran éxito y se llevó a cabo por segunda vez en una casa prestada en forma gratuita por la municipalidad de Calca. El balance de estas dos experiencias fue muy positivo pero al llegar a su fin sólo los pacientes de mayor edad pudieron continuar los ejercicios aprendidos en sus propias casas. Los niños más pequeños dependían de sus familias que en muchos casos mostraban poco interés en colaborar con los tratamientos fisioterapéuticos.
Entonces se planteó la necesidad de alquilar una casa para que los niños pudieran vivir en ella de forma permanente y progresar así con sus tratamientos. Esto se concretó y hoy viven en la casa de Wiñay tres niños discapacitados y un joven parapléjico.
En el mismo lugar funciona también una pequeña escuela privada, dado que las escuelas públicas de la región no pueden satisfacer las necesidades de los chicos, por dos razones: Por un lado, porque en su mayoría nunca recibieron formación escolar con anterioridad, y por otro, porque para ciertas tareas como ir al baño requieren de un apoyo que en muchos casos no se les puede brindar en una escuela pública.

Los objetivos del proyecto
El proyecto Wiñay apunta a otorgarles tratamientos de rehabilitación física así como también integrarlos a la vida social mediante la formación escolar y el aprendizaje de un oficio.
A los chicos que participan del proyecto se les brinda un entorno familiar, un hogar limpio, formación escolar, y la posibilidad de aprender diversos trabajos como labores manuales, cocina, jardinería, elaboración de artesanías, cría de animales e informática.
Además se les ofrece apoyo psicológico, rehabilitación física y la práctica de actividades de tiempo libre como excursiones, música, baile, deporte, juegos y contacto con animales.

Entrevista con Katja Reichstein

¿Dónde se lleva adelante el trabajo y en qué consiste? ¿Además de ti, qué otras personas participan?
"Trabajamos en El Valle Sagrado de los Incas en el departamento del Cusco en el sur del Perú y apoyamos a niños con discapacidad física de familias de escasos recursos económicos de las comunidades campesinas alto-andinas de la zona. El trabajo consiste en educación y terapia física para los niños que viven con nosotros.
A parte de mí, (fisioterapeuta, suiza) están trabajando mi pareja Juan (profesor de educación física, músico, artesano, peruano) quien enseña música, canto, dibujo y trabajos artesanales a los niños, y su hermana Paty (profesora, peruana), quien maneja nuestra escuelita privada que tenemos dentro de la casa. Además tenemos a Gladiz, nuestra empleada del hogar, quien es peruana también".

¿Cuáles fueron tus primeras impresiones sobre el estilo de vida de la gente en general y de los chicos en particular?
"Bueno, viniendo de Suiza la primera impresión del estilo de vida en el Perú es que la gente en general vive mucho más sencillamente. Nuestros chicos en particular me impresionaron de tal manera que por ellos decidí quedarme, porque realmente los encontré muy abandonados".

¿Qué dificultades tuviste en el camino?
"Dificultades tuve demasiadas... primero me equivoqué fuertemente con la gente que iba a ayudarme a realizar este proyecto y gracias a uno de ellos conocí muy de cerca lo que es la policía y la corrupción en el Perú. Lo que más me complica aquí es que uno no puede confiar en nadie y que la gente muchas veces es muy irresponsable y incumplidora y que la mentira y el engaño son las cosas más comunes de la vida diaria".

¿Qué logros han alcanzado?
"El primer éxito ha sido que logramos tener esta casa, que funciona como hogar de rehabilitación para estos niños. Otros logros han sido nuestra propia escuela y la adquisición de nuestro terreno donde pronto empezaremos a construir una casa más adecuada para los niños".

¿Cómo ha cambiado desde el comienzo hasta hoy la vida de los chicos con los que trabajas?
"La vida de los chicos ha cambiado totalmente. Los encontré botados en el piso de tierra de sus casas, sin oportunidad de educarse ni de moverse. Ahora estos niños quechua-hablantes hablan aparte del quechua casi perfectamente el castellano, aprenden a leer, escribir, calcular, tocar zampoña, cantar, dibujar, hacen cerámica y han aprendido a moverse por su propia cuenta si es en silla de ruedas o con muletas o también sin ningún apoyo. Su autoestima ha crecido muchísimo. Anteriormente vivían sin ninguna expectativa de la vida y ahora tienen la visión de superarse y desarrollarse como personas aún con sus problemas físicos. Los niños además aprendieron lo que es aseo e higiene personal. Con la buena y constante nutrición que se les brinda estos niños desnutridos también lograron recuperar su retraso físico y crecer y desarrollarse físicamente. Hoy día los chicos se encuentran muy felices y motivados para la vida".

¿Cómo es hoy tu vida cotidiana en Perú?
"Mi vida en el Perú es muy variada: soy madre, fisioterapeuta, administradora y mucho más, así que ningún día es igual al otro. Además ahorita estamos por construir nuestra casa hogar y nuestro propio huerto donde produciremos nuestras hortalizas. Estas cosas nos mantienen muy ocupados".

¿Qué extrañas de tu vida en Suiza?
"Lo que más extraño son mi familia y mis amigos, la responsabilidad de la gente y el queso. Pero casi no tengo tiempo para extrañar y eso es lo que me gusta por aquí: mi vida es bien variada e interesante".

¿Cuáles son los proyectos futuros?
"El proyecto más grande del futuro cercano es la construcción de nuestra casa-hogar. Una vez que la tengamos podremos tener mucho más niños y una escuela más grande en la que posiblemente podremos recibir también a niños de afuera, para no aislar demasiado a nuestros niños, y también promocionar la aceptación e integración de personas discapacitadas entre niños "normales". Además trataremos de ampliar nuestra fisioterapia para gente de afuera, quienes podrán aprovechar de este servicio pagando por él, y aportando así modestamente a nuestro proyecto".

¿Cuáles son las necesidades de la asociación y de qué manera se puede colaborar?
"Necesidades tenemos muchas. Vivimos de manera muy sencilla y necesitaríamos muchas cosas del hogar, de la cocina, ropa, material para la terapia y para curaciones. Lamentablemente es casi imposible traer cosas del extranjero al Perú, porque las restricciones aduaneras son muy fuertes, así que la única forma de apoyarnos es con dinero. Ahora que estamos por construir la casa, las necesidades son más grandes que nunca porque siempre nos quedan los costos fijos como para comida, luz, agua, artículos de higiene, artículos escolares, aparte sueldos, etc".

Texto: Lara Saubidet

Donaciones para Wiñay
ACACIA, Fonds für Entwicklungszusammenarbeit
Freie Gemeinschaftsbank, 4001 Basel
Konto Nr.: CH93 0839 2000 0040 0800 6
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o también

ACACIA, Fonds für Entwicklungszusammenarbeit
Postkonto Nr.: 40-963-0
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