La falta de confianza se cura con resultados. El juego ya vendrá. Esa parece la lección que aprendió el entrenador del Valencia, Óscar Fernández, el miércoles ante el Madrid. Y en su desplazamiento a Palma, antes de la llegada de Ronald Koeman al banquillo, cambió completamente su discurso. Dejó jugar al Mallorca, se defendió durante la mayor parte del partido y resolvió el choque convirtiendo sus dos únicas ocasiones de gol. Con la firma de Morientes.
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