¡Viva México! El espíritu de un pueblo que lucha

Nicolás Défossé, documentalista y cineasta francés, nacido en París en 1973, egresado de la Universidad París-Sorbonne, con maestría en filosofía, seguida de estudios cinematográficos. En el 2000 viaja por primera vez a México, donde reside actualmente y donde es co-fundador de la casa productora mexicana Terra Nostra Films. En ¡Viva México! (México, 2010) Défossé muestra a través de un recorrido por 10 estados (desde Chiapas a Quintana Roo, de Yucatán a Oaxaca, de Nayarit a Colima, de Michoacán a Guerrero, hasta llegar a la ciudad de México), la lucha de los movimientos sociales en México. ¡Viva México! (primer largometraje documental realizado por Défossé) ha sido galardonado con importantes premios internacionales. Entre ellos, el premio Salvador Allende al Mejor Documental en el VII Festival latinoamericano de documental y de ficción de Bruselas (Bélgica, 2010).

MOVIMIENTOS SOCIALES EN MÉXICO
El documental inicia con la lucha diaria de los migrantes mexicanos en Los Ángeles (California). Luego recorre diez estados de la república Mexicana, donde aparecen entre otros el movimiento de colonos de Isla Mujeres en el Caribe mexicano, luchando por no ser expulsados de su isla por la presión de la especulación turística. La misma situación encontramos con los pescadores de San Blas, en la costa del Mar Pacifico, en el estado de Nayarit, o con las familias campesinas de La Yerbabuena asentadas al pie del Volcán de Fuego en el estado de Colima.

También encontramos los movimientos de resistencia de campesinos de Juchitán, Oaxaca, denunciando la instalación de miles y miles de postes para producir energía eólica en sus tierras. También podemos apreciar la lucha por la tierra de los indígenas de la Mesta Purépecha en el estado de Michoacán; así como la resistencia de los campesinos agrupados en el Cecop para evitar la construcción de la represa La Parrota, en el estado de Guerrero; y el movimiento del Frente de Pueblos en Defensa de la Tiera de San Salvador Atenco, en el Estado de México, luchando en contra del proyecto del nuevo aeropuerto de la ciudad de México en sus tierras.

El documental visita así a varios movimientos sociales que comparten con los Zapatistas de Chiapas la lucha por la tierra y la dignidad, conjugando los colores y tonos de la rebeldía, desde la inconformidad e indignación individual hasta la expresión organizada y colectiva de la lucha.

¡VIVA MÉXICO! TRAILER
Fuente: TerraNostraFilms en youtube.com

MARILÚ PACHECO ENTREVISTA A NICOLÁS DÉFOSSÉ
¿Qué lo motivó filmar en México, cuál fue su objetivo?

Estaba ya viviendo en México desde varios años, cuando los zapatistas lanzaron su Sexta Declaración de la Selva Lacandona en el verano del 2005. A raíz de eso en enero del 2006 se inicia el recorrido nacional del Sub comandante Marcos, como Delegado Zero enviado por los pueblos zapatistas para difundir la propuesta de la Sexta Declaración en todo el país y sobre todo, en un primer tiempo, para ir recogiendo historias de rebeldía y dignidad del pueblo mexicano. Es la idea de que hace falta que se conozca más este México de abajo, que lucha, que resiste y que esta silenciado o difamado por los medios masivos de comunicación.

Entonces, al inicio de este 1er recorrido, hubo un llamado a los medios independientes de comunicación y se conformó una caravana que iba documentando los testimonios de resistencia que se encontraban en las reuniones donde invitaban al Delegado Zero. De hecho el delegado, si bien hablaba, se pasaba la mayor parte del tiempo tomando notas y escuchando lo que la gente estaba diciendo: también de cierta forma él era un medio enviado por las comunidades de Chiapas, con un informe, una radiografía de las luchas de abajo que entregar a las autoridades zapatistas a su regreso a Chiapas. El trataba de facilitar el trabajo de los medios independientes, explicando a la gente en los lugares donde llegaba que era importante recoger los testimonios de resistencia del México de abajo, para darle visibilidad y que los de arriba y los de abajo se empiecen a ver más y mejor entre ellos mismos. El Delegado Zero definió así el objetivo de este viaje: "empezar a construir el espejo que somos abajo". Y dijo que los medios independientes iban a ser la columna vertebral de este recorrido, porque podían difundir esta "otra" información. A diferencia de los medios masivos de comunicación, a quienes al parecer no les interesaba la voz de los pueblos y de la gente resistiendo, y que en vez de cubrir esta otra campaña se dedicaron a cubrir las campañas electorales.

Me sumé a este esfuerzo colectivo, haciendo reportajes al día, que subía en sitios web abiertos, tal como el de Indymedia Chiapas. Pero muy pronto, tuve también la idea de hacer otros formatos, más de corte documental. Y empecé a organizarme para ver como regresar a varios lugares donde habíamos pasado con la caravana, para intentar profundizar las problemáticas e historias de rebeldía, con más tiempo para entrevistas y documentación. Hice una serie de 12 documentales de corto y mediano metraje que muestran nuestras visitas a pueblos indígenas, comunidades campesinas y pescadores, principalmente en el oeste y noroeste de México (Baja California, Sonora, Nayarit, Colima). Era una primera forma de difundir este material. También, durante el recorrido sucedió la terrible represión en San Salvador Atenco (Estado de México). Frente a la desinformación y manipulación de varios medios masivos de comunicación, decidimos entre varios juntar materiales y co-realizé con Mario Viveros, del Canal 6 de Julio, un documental titulado "Romper el cerco" sobre la represión en Atenco. 

Todos estos trabajos previos me ayudaron también a preparar la edición del documental Viva México!, que intenta en un formato de largometraje documental, restituir un pedazo de historia colectiva del cual muchos y muchas fueron privados (porque los grandes medios no hablaron del recorrido de la otra campaña y desinformaron de lo que realmente pasó en Atenco). El documental intenta, a través de este viaje, dibujar el rostro de otro México, darle visibilidad, celebrando la dignidad rebelde del pueblo, haciendo un gran mural a la mexicana.

Esta iniciativa independiente, que desde el principio se visionaba como un documental, fue transformándose en un gran proyecto. ¿Cómo logra financiarse, tienen distribuidor?

Este proyecto es no solo independiente sino alternativo. Se tuvo que empezar en la marcha sin tener tiempo de buscar y tener los apoyos necesarios para este tipo de producción, usando los pocos ahorros que uno puede tener y la solidaridad espontánea de la gente: no hablo de dinero sino de facilitar hospedaje y comida por ejemplo, y sobre todo de animarte en el trabajo que estás haciendo. Luego, ya en el camino, llegaron otros apoyos, por ejemplo de un par de asociaciones civiles en México, que no fue mucho pero nos ayudo también. Además, hubo camarógrafos, músicos y diseñadores gráficos, quienes colaborando con el proyecto sin pedir nada a cambio o adaptándose al poco presupuesto que teníamos.

Y pues yo hice la mayor parte de la cámara, todas las entrevistas, el guión y la edición. Afortunadamente, mi trabajo fue antes y por años editar las imágenes y sonidos de otros, lo que me ayudó a la hora de enfrentarme a más de 450 horas de material, para llegar a una edición final de una duración "decente" para el público (2 horas). Tomó varios años entre los trabajos previos y la mera edición del documental. Luego, tuvimos que conseguir apoyo para la post-producción de imagen y sonido. Por suerte, encontré personas comprometidas y profesionales en la ciudad de México para llevar a cabo la post-producción.

Y después de enviarlo a muchos festivales, en algunos de ellos dieron la oportunidad a la gente de ver el documental. Allí la respuesta de la gente fue muy buena, con varios premios del público en distintos países, lo que me ayudó a tomar confianza y me animó a hacer lo máximo luego para difundir el documental, a pesar de no tener un distribuidor comercial. Creo que esa desventaja se convirtió en una gran ventaja: haciendo la difusión y distribución nosotros mismos a través de giras de proyecciones, con el apoyo solidario de mucha gente, terminamos haciendo cerca de 300 proyecciones acompañadas de discusión desde México y Sud América hasta Europa y Estados-Unidos. Y eso no termina... En eso estamos todavía, y en todas partes vamos diseminando y propagando el documental gracias a los DVDs y al ánimo de la gente a seguir difundiéndolo en todo tipo de espacios, desde universidades hasta cines, desde centros sociales y culturales hasta plazas públicas. Al final, a nuestro humilde nivel y desde nuestra trinchera de artesanos del documental, nos acercamos a una de las ideas base que escuchamos tantas veces durante el recorrido de la otra campaña: si todo está tapado arriba, intenta construir alternativas desde abajo.

No sólo así logramos difundir el documental de una forma que sea viable económicamente, sino que estas giras han sido una experiencia increíble para descubrir lugares y problemáticas de lucha, en ambos continentes. Y sobre todo hicimos un montón de encuentros, con muchos compañeros y compañeras. Incluso nacieron varias amistades. Hasta llegue a pensar "que bueno que no entregamos el documental a un distribuidor ajeno". No hubiéramos tenido esa libertad de movimiento y nos hubiéramos perdido toda esa experiencia y estos encuentros que no tienen precio. 

Lograr captar las diversas luchas sociales uniendo a los sin voces, que a través del documental recobran la voz, en la que se identifican rostros y se expresa el compromiso de un pueblo que se une por una lucha común. ¿Cómo se ha sentido al ser partícipe "in situ" de estas injusticias, de represión y despojo?

Es un trabajo que no sólo tiene como raíz y motivación la denuncia de injusticias sino la celebración y el homenaje a cierta cultura de la resistencia que encontramos todavía en el pueblo, y trata de transmitir esa energía de la lucha y esa dignidad. Una celebración enfocada en las palabras, los rostros y los paisajes de la resistencia. Como un retrato colectivo en movimiento. Esa era la motivación principal; dar a conocer y celebrar la dignidad rebelde del pueblo mexicano. No sólo en un lugar sino en muchas partes. Lo que la amplitud del recorrido hacía posible. 

Fue también un viaje emocional, con recuerdos de risas, por el sentido del humor encontrado en el camino, y hasta recuerdos también de miedo y rabia cuando sucedió lo de la represión en Atenco. Es un poco lo que intenté transmitir en el documental, escogiendo una narración lineal, que respeta la cronología del viaje, aunque la estructura sea al mismo tiempo cíclica. Pues cada encuentro es también un retrato más que se añade al retrato colectivo del pueblo.

Lo que sentí varias veces e intenté rescatar fue esa "emoción de los comienzos", cuando sientes que nada está terminado, sino que todo empieza o está por empezar. Cuando logras alcanzar por ratos la capacidad de escucha y mirada para encontrar en los rostros, palabras, silencios, luces y detalles del presente. Algo que te llena a la vez de nostalgia y de esperanza. Intensidades y energías tanto individuales como colectivas. Cuando estas por ejemplo, frente a una anciana de Michoacán, cuyo rostro refleja una calavera y cuya voz tiene sin embargo el tono alegre de una niña. Esa "emoción de los comienzos" es una emoción bastante ligada al cine y al viaje. De hecho, como si el estado en el cual te pone el cine o el viaje, te ayuda a volver a sentir, asombrarte, maravillarte, indignarte. Además, el documental es para no olvidar esas emociones primeras. Emociones que son tan fáciles de anestesiar a través de la televisión; que nos acostumbra a todo, desensibiliza, reduciendo nuestra capacidad de asombro y estancándonos en un presente sin memoria ni esperanza.


Nicolás Défossé (Foto: Marilú Pacheco, © latino.ch)

Este documental no sólo muestra la lucha por la tierra sino también la problemática de la Migración en USA, así como la exclusión social. La filmación se realizó hace 4 años. ¿Ha mejorado esta situación desde entonces?

La problemática sigue igual. La población sigue siendo desplazada según las necesidades del capital. Y los gobiernos están al servicio de estos intereses. Siguen los migrantes llegando a Estados-Unidos y a los grandes centros urbanos, siguen las comunidades despojadas de su tierra sea por la fuerza sea por la presión económica. Solo que además ahora, con la crisis en Estados-Unidos, se ha visto reducida esa opción de la migración para encontrar trabajo del otro lado de la frontera. Y en México toda la política de los últimos años se ha centrado en la llamada "guerra al narcotráfico". Es como un teatro: toda la atención está enfocada en esta guerra. Las imágenes repetitivas de la violencia en los medios generan un miedo colectivo que paraliza. El gobierno justifica, a nombre de la seguridad nacional, toda una serie de medidas que atropellan los derechos humanos y las libertades individuales.

Al mismo tiempo empeora la situación social y económica de millones de mexicanos, y los movimientos sociales tienen un contexto más adverso con la militarización generalizada y la política del miedo. Y mientras, en Estados-Unidos sigue el negocio: 80% de la droga que transita por México se vende ahí, y 80% de las armas que se usan en México vienen de ahí.

Da tristeza, miedo y rabia. Parece obvio, después de 5 años de lo mismo y más de 50,000 muertos, que el gobierno tiene que cambiar de estrategia. Pero parece estar sordo a las voces que se han levantando, en ese sentido desde la sociedad civil organizada. Por ejemplo a través del movimiento por la Paz con justicia y dignidad, encabezado por el poeta Javier Sicilia. En septiembre pasado, el mismo Sicilia estuvo mandando comunicados de apoyo, denunciando la represión que padecen las comunidades zapatistas, así como otras organizaciones sociales. Sicilia expresó que las "autonomías" como la resistencia zapatista en Chiapas son justamente "una esperanza de reconstrucción de la nación". 

En mayo pasado los Zapatistas, al igual que otras organizaciones, estuvieron marchando masivamente apoyando al movimiento por la paz con justicia y dignidad, reclamando al gobierno un cambio de estrategia. Esas son señales que algo puede cambiar, si los movimientos intensifican sus vínculos desde abajo y si la gente logra vencer el miedo y se organiza de forma independiente de las formas propuestas por los de arriba (partidos, sindicatos). Si esa conciencia colectiva crece y es acompañada de acciones organizadas y masivas, tal vez se logre revertir el destino del país. 

La presencia continua del Subcomandante Marcos durante todo el documental, lleva a algunos espectadores a interpretarlo como si fuera un documental sobre EZLN.

Para mí lo más importante es transmitir el espíritu del pueblo, esa energía de lucha, esa presencia popular con sus anécdotas, escuchando cómo se organizan desde abajo, cómo ellos expresan e intentan resolver sus problemas. Al difundir estos movimientos entre la gente que lucha, se enteran de que hay muchos otros más en la lucha. Que no están solos. Ellos tejen redes, frentes de resistencia.

Traté de equilibrar la presencia de Marcos y del pueblo, aunque no deja de ser una de las ambigüedades del movimiento. Pero lo importante, es mostrar que más allá del personaje de Marcos está el compromiso del pueblo. En el documental se ve en general a un subcomandante Marcos tranquilo, escuchando, tomando notas, como "Delegado Zero" enviado por los pueblos Zapatistas de Chiapas para difundir la propuesta de la unión del pueblo de abajo y la izquierda, y para hacer una radiografía de las luchas en México, pensada como un primer paso en vista de una mejor coordinación de los de abajo entre ellos mismos.

¿Cómo define el rol de los medios de comunicación en México y cuál es la imagen que ellos presentan sobre los pueblos que exigen sus derechos?

Lo que vemos en el documental, durante la represión en San Salvador Atenco, desafortunadamente no es una excepción, sino que devela uno de los papeles de los medios de comunicación masivos en nuestras sociedades: perjudicar, difamar y hasta criminalizar a los movimientos sociales y a los que luchan desde abajo. Preparando así el terreno en la opinión pública para legitimar el desprecio, la discriminación o la represión del poder político hacia ellos.

México es aquí sólo un espejo más grande de una situación que existe en otros países, donde a lo mejor la forma cambia pero la misma lógica prima. Sólo basta ver como los medios masivos en Estados Unidos o en Europa juegan, por ejemplo, con el tema del miedo a los migrantes, sobre-mediatizando, exagerando hechos de violencia aislados, para volverlos chivos expiatorios de los problemas del país y así justificar y legitimar las políticas de siempre "más seguridad" y de atropello a los derechos humanos.

¿Cómo evalúa la gira que se realizó en México? ¿Cómo reaccionó el público mexicano?

Suena un poco irónico, pero tuvimos hasta suerte por habernos tardado 4 años para la finalización de este largometraje, porque sin querer llegamos en el momento oportuno, como si por estar tarde terminamos llegando a la hora.

Ya que el año pasado se celebraron justamente los 100 años de la Revolución Mexicana y los 200 años de la Independencia Mexicana. Es decir que llegamos en un contexto de muchas celebraciones en México que en general obedecían a esa lógica de las conmemoraciones oficiales, que en vez de enlazarnos al pasado contribuyen muchas veces a ponerlo a distancia, como para estar seguro de que el pasado es ahora sólo objeto de museo. Pero nuestra propuesta es justamente opuesta.

Presentamos a los herederos de Zapata que luchan por tierra, libertad y dignidad en el México de hoy. Fuimos a todo tipo de lugares: cines, cinetecas, filmotecas, centros culturales, centros sociales, plazas públicas, y muchas universidades. Y pues la gente vino a las proyecciones y nos animo mucho a seguir mostrando este otro México, y además a hacerlo de esta forma: libre, sin depender de instituciones ni de patrocinadores. Siempre hubo bastantes preguntas y discusiones al finalizar las proyecciones. En general una hora mínimo, a veces hasta hora y media o dos horas. Y eso después de un documental de 2 horas! Había por ejemplo comentarios de gente diciendo "ahí se ve el pueblo!", y el disfrutar también, ver expresado algo de esa cultura popular mexicana, con el gozo de como habla claro este compa, el sentido del humor de ese otro, o la digna rabia de esta compañera. Además, de que muchas veces las discusiones se orientaban hacia "lo que vemos en el documental está pasando aquí en mi barrio, en mi colonia, en mi comunidad". Es decir que más de una vez se terminaba hablando de las luchas locales de los lugares donde estábamos presentando la película. Lo que evalúo como una señal muy positiva.

Empezaron a llegar un montón de invitaciones para venir a presentarlo en otras partes de México. Personas diversas contactándonos por las redes sociales o directamente en las proyecciones o a través de otra persona que les había hablado del documental. Además, la gente se llevó varios DVDs para enseñar el documental a otros y hasta para organizar sus propias proyecciones en sus colonias, escuelas, casas. Así podemos pensar que logramos esa multiplicación que deseamos y que la gente se apropió del documental, lo hizo suyo.

¿Podría afirmarse que esta película ya forma parte de la memoria colectiva Mexicana?

Sí, pretendemos humildemente contribuir a la memoria colectiva. Por ejemplo en relación a lo sucedido en Atenco, cuando presentamos la película, jóvenes que actualmente tienen 18 años no recordaban lo que pasó o solo recordaban la versión de los medios masivos de comunicación. Entonces fue muy fuerte para ellos. El documental les dio acceso a "otra" información que antes no tenían. También me acuerdo que en la ciudad de Torreón, en el norte de México, una mujer mayor nos dijo: "había visto lo que había pasado y se me había olvidado. Ahora que lo volví a ver en el documental nunca más se me olvidará".

Es decir, más allá de dar acceso a otra información, el reto es transformar esa información en algo que no sea sólo "información". Porque la información en sí son sólo datos, que se olvidan luego. Consumimos información a diario en los medios y luego las tiramos, las olvidamos o se quedan como datos sin carne ni hueso, sin emoción ni corazón. Sin memoria. Ahí es lo que puede aportar el documental. Sacarnos del olvido para alimentar una memoria viva y sentida. Una de mis expresiones preferidas en francés para decir aprender de memoria es: "apprendre par coeur", y significa literalmente "aprender de corazón."

¿Cómo le va hasta ahora con la gira por Europa?

Bueno, lo que hemos encontrado en el camino haciendo las giras en Europa, América Latina y Estados Unidos es que mucha gente está indignada. No sólo por lo que pasa en México sino por lo que pasa en todas partes, con el desprecio generalizado de los de arriba hacia los de abajo. La gente se emociona al ver el documental. Recobra la capacidad de indignarse, busca otras formas de organización desde abajo, independientes de los partidos políticos.

En muchas partes, la gente está buscando una forma de defender su dignidad, sus derechos, viendo que los gobiernos están más al servicio de las finanzas que de los ciudadanos. Y por eso también, creo, alcanzan a ver en el documental una metáfora de su propia lucha y salen del documental no deprimidos, a pesar de algunas partes muy duras, sino animados y tocados por este retrato de la dignidad rebelde del pueblo mexicano.

Tiene planeado un próximo proyecto?

Por ahora sigo presentando el documental, así como lo están haciendo también otros miembros de nuestro pequeño equipo de producción y difusión llamado Terra Nostra Films. Pero ya el próximo año, queremos iniciar una nueva producción en el sureste mexicano que por ahora no quiero develar, pero que tendrá cierta continuidad con temas desarrollados en Viva México! aunque la forma y los personajes serán diferentes.

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